Política Herman Vespa 17 de mayo de 2024

La columna de Herman Vespa

El Uruguay del extremismo intolerante.


Día tras día el País nos muestra su faz más oscura, pero a su vez más real. A través de hechos que ciertos individuos llevan a cabo sin el mínimo rubor, a despecho incluso de tradiciones inherentes al ser nacional, o sí se quiere a su enorme mayoría. Ello no es óbice ciertamente para que elementos que pululan, sin du8da, en ciertos lugares que hacen a nuestro entramado social posean un antisemitismo que hasta ahora ignorábamos. Y que por rara coincidencia se expande por el mundo, pero sobre todo en los ambientes universitarios. La pasada semana dos destacados docentes de la Facultad de Humanidades, Andrea Díaz y Antonio Romano propusieron al reconocido politólogo uruguayo israelí Alberto Spektorowski para que dictara dos cursos sobre “La laicidad como problema “Este fue el detonante para que una agrupación estudiantil denominada 2l de junio, de dicha Casa de Estudios comenzara una desaforada campaña. A través de volantes, redes sociales y toda esa parafernalia propagandística de que son capaces, en contra de la presencia del citado conferencista. Agregado a todo ello expresiones del aludido como la de que la respuesta de Israel al ataque de Hamás estaba dejando muchos muertos, pero ello no implicaba necesariamente un genocidio. En este ambiente de duro enfrentamiento entre las dos partes, las autoridades de la mencionada Facultad de Humanidades a la que se sumó la de Ciencias Sociales, resolvieron la postergación del evento programado. Ya que el clima de hostilidad originado por el sector estudiantil se había tornado sencillamente insoportable.  Al extremo de transgredir valores como la laicidad, libertad de cátedra y autonomía entre otros. Todo lo que supone una situación de asombro , demostración acabada además del ambiente de feroz intolerancia reinante en nuestra principal Casa de Estudios. Que a posteriori de dichos insucesos es dable esperar que desde el Consejo Central de la Universidad de la República y en particular de su Rector Rodrigo Arim surja pronta y contundente respuesta respecto a los mismos. Aunque apresurémonos a decirlo no poseemos demasiadas esperanzas de que ello ocurra, sobre todo cuando ha trascendido que estudiantes judíos son continuamente amedrentados. Relegados incluso, sin que las autoridades se animen a tomar las medidas correspondientes. Dejando la exacta sensación de un antisemitismo existente a a niveles universitarios merecedor del más absoluto rechazo. Que además de no reaccionar como se debiera, este antisemitismo profesado por comunistras y compañeros ideológicos de la izquierda radical, generará sin duda, episodios de mayor envergadura que el de marras. Naturalmente que hechos como los detallados no surgen por generación espontánea, ni por arte de birlibirloque. Son el fruto ineludible de la dominación comunista en todos los estamentos de la otrora orgullo de todos los uruguayos, U8niversidad de la República. La misma que el 27 de mayo de 1838 fundara Manuel Oribe, denominándola Universidad Mayor de la República. Por si hay quienes lo olvidan, aunque deliberadamente lo hagan sin duda. Al extremo de haberla transformado en otro polo vergonzoso de dominación comunista. Y lo que es más grave, de propagación de izquierdistas ideologías que se reflejan ineludiblemente en los profesionales que allí se forman. Al menos en su gran mayoría y la significación político partidaria que ella implica. La Universidad de la República el izquierdismo vernáculo la ha transformado en un centro de adoctrinamiento. Y esto es necesario decirlo. Hacerlo público, para que quienes han obrado de tal forma en contra de las más puras tradiciones nacionales. sepan que hay uruguayos conocedores de sus antipatrióticas conductas. De la utilización ilimitada de nuestra principal Casa de Estudios, financiada por todos y cada uno de los ciudadanos de este País para transformarla en Centro, reiteramos, clave para sus desvaríos comunistas. Influyendo decididamente en las concepciones político partidarias de sus estudiantes. Traicionando además con conciencia plena de ello por otra parte, la augusta memoria de su fundador. Irrespetuosos como son, autoridades y muchos de sus alumnos influenciados por sus ideologías persiste en conductas de oposición cerril a todo lo que no contemple las mismas. Sin el mínimo sentimiento de culpabilidad por el oscuro destino que habrán de legar a la Nación. A sus hijos, a sus nietos. Aunque para ello el Uruguay del futuro ciertamente no sea el que todos los bien nacidos pergeñamos. No podemos caer en el silencio cómplice, que de eso se trataría precisamente, de permanecer indiferentes ante este antisemitismo surgido en nuestra principal Casa de Estudios. Ante este brote de intolerancia ilimitada. De odio, que además conllevan censuras inadmisibles en el escenario que sea, pero sobre todo si se originan en la propia Universidad. Supuesto faro de enseñanza, que debería impedir con el peso que la Ley le otorga actos de tamaña esquizofrenia. De ideológica agresividad, de semejante discriminación. Algún día estos intolerantes estudiantes, si así se les puede graciosamente calificar, deberán ser advertidos que viven en el Uruguay. Que estudian en él, gracias a sus libertades y principios democráticos. Que les permitirán forjarse un mejor destino. En tal caso lo mínimo a exigirles es la tolerancia y la valorización exacta de las posibilidades que el País generosamente les brinda. En las autoridades universitarias está el hacerlos cumplir con deberes y obligaciones, que por otra parte son elementales. De no hacerlo estarían contribuyendo a que discriminaciones como las llevadas a cabo contra el destacado intelectual Alberto Spektorowski, se reiteren y signifiquen en realidad el desacato triunfalista de gremiales estudiantiles ensoberbecidas. Más aún intolerantes, plenas de odio y resentimiento, invadidas por extremismos ideológicos, ajenos al sentir del uruguayo. De su enorme mayoría poblacional.    

Herman Vespa.