La columna de Herman Vespa

Diciembre 13 de 2024

Era detectable en el ambiente, en el escenario político nacional que la militancia de la coalición gobernante no se acompasó nunca a lo crucial de lo que estaba en juego. No poseyó jamás ese fuego particular, que la defensa del gobierno tornaba imprescindible. Sobe todo cundo su actuación había tenido puntos muy altos en diferentes aspectos de la vida nacional. Después de haber soportado una pandemia realmente desquiciante. Una sequía histórica. Eventos imprevisibles, jamás pergeñados, que pusieron en jaque todo lo ideado por el antes nombrado. Que sin embargo y a pesar de haberlos sorteados con medidas acordes, fruto de la impronta personal del Dr. Lacalle Pou y de su Ministro de Salud Pública Dr. Salinas, en el caso concreto del tenebroso Covid. Con aquello de la libertad responsable. Que fue acción, mundialmente ponderada incluso, por la originalidad e inventiva que ella conllevó. A despecho de una oposición que a todos sus niveles. A través de su referente máximo de la época el Dr. Tabaré Vázquez incluso, exigía la cuarentena total. Acompañada siempre, en su antipatriótica conducta por el malhadado Pit Cnt, lo que ampliaba el espectro opositor recalcitrante, hasta extremos realmente desconocidos en el escenario nacional. Haciendo paros, caceroleadas cumpliendo con la amenaza públicamente dada a conocer apenas conocido el resultado electoral. En la que la mayoría ciudadana ungía a la Coalición Republicana y a su máxima figura el Dr. Lacalle Pou, para conducir el País durante el período que ya entra en su etapa final. Amenaza decíamos, que de eso se trataba precisamente der “ hacerle la vida imposible al gobierno electo “. Y creemos en tal sentido que la ciudadanía en su generalidad, incluso los desmemoriados voluntarios que a ella pertenecen, tendrán al menos noción de escenario semejante. En el que muchos compatriotas que personalmente dudamos lo sean, dedicaron sus esfuerzos máximos a criticar y combatir, sin la mínima empatía y hasta con crueldad manifiesta todas las medidas, que la excepcionalidad de los eventos arriba mencionados, exigían perentoria, imperiosamente. Y he ahí una de las principales y quizás definitivas falencias del espectro gobernante, su incapacidad para trasladar a la población el conocimiento exacto de sus logros, en esos como en otros aspectos esenciales que hacen a la vida del ser nacional. Sobre todo ante situaciones absolutamente desconocidas. Y que por esas mismas razones implicaban acciones y medidas fuera de lo común, pero vitales para evitar el caos que la oposición hoy triunfante promovía desde todos sus estamentos. Sin excepciones algunas. Agreguemos a lo antes dicho la escasa y mal diagramada militancia. Evidentemente acotada, lo que no pudo ni debió haber pasado desapercibido. Fundamentalmente en la dirigencia partidaria. No sólo nacional, sino a nivel de toda la de del Interior. No se tuvo la capacidad de incentivar al votante. De hacerlo partícipe activo y militante primordialmente, acrecentando una postura que fue inherente casi al Partido Nacional, histórica además. Que al final devino en actitud negativa generalizada en todo el espectro gobernante. Sin duda factor absolutamente contraproducente, absolutamente comprobable por otra parte, cuyo ejemplo más notorio, por si algo faltaba para hacerlo ostensiblemente real, lo fue el trasiego de votos de ciertos sectores de la Coalición hacia la figura de Yamandú Orsi, hacia el izquierdismo vernáculo concretamente, en la instancia del ballotage. Que luego de finalizado el escrutinio definitivo determinó su victoria en cifras que no admiten discusión. Demostrativas además que el gobierno no supo o no pudo llegar a la mayoría poblacional, por esos y otros factores naturalmente. Que entendemos inmediatamente debieran de analizarse y no en círculos reducidos, sino abriendo imprescindiblemente el abanico partidario. Llegando a todos los rincones del País, para conocer de primera mano las opiniones de la dirigencia de todo el Interior. Y cuando decimos de todo el Interior, es precisamente de esa parte del Uruguay que en muchas ocasiones las autoridades montevideanas dejan de lado. Desechan u omiten, prescindiendo de hombres y mujeres cuyas opiniones no sólo merecen ser consideradas, sino las consideramos imprescindiblemente necesarias. Esas son las voces del País que el montevideano no conoce a cabalidad. La Coalición gobernante no debiera echar en saco roto que si no asume de manera adecuada, realmente acorde a las circunstancias, la realidad política electoral presente que implicó ya la pérdida del gobierno nacional, nada más ni nada menos. Está latente similar panorama en varias Intendencias de ese mismo Interior. Alguna de ella incluso, bastiones tradicionales del Partido Nacional sobre todo. Está claro entonces que la Coalición toda deberá salir unida, militante diaria y constante, a recorrer todos y cada uno de los rincones del País. Llevando su voz, haciendo conocer logros, objetivos cumplidos, mejoras sustanciales en los diversos aspectos de la actividad nacional. Fundamentalmente militando, reiteramos, y transmitiendo esa imperiosa necesidad a toda la ciudadanía partícipe de la misma. Para que ella a su vez pueda obtener respaldos que reviertan el escenario actual. Sin duda complicado, pero que exclusivamente está en las acciones y procederes de la aludida, la oportunidad de lograr resultados favorables a nivel comunal en todo el País. Que la dirigencia actúe acorde a su responsabilidad, a la jerarquía de su investidura y a lo que ambas implican, está ciertamente gran parte del mejor destino nacional.      

Herman Vespa.