LA CONFIRMACION: CATEQUESIS N° 9, CONFIRMADOS EN LA FE PARA EL COMPROMISO CRISTIANO
OBJETIVOS
Ser cristiano hoy, no es un título de lujo para colgarlo junto a los diplomas de un despacho o un exvoto adornado al pecho.
Es algo más serio y exigente. Esto se lo debe saber de memoria todo cristiano que piensa seriamente en lo que ser confirmado significa.
Esta catequesis pretende hacerte caer en la cuenta de que ser cristiano es un título que conlleva el deber de anunciar a los hombres la liberación que Cristo nos ha traído.
1- EL CONFIRMADO SE CONVIERTE EN TESTIGO DE CRISTO
Cuando Jesús habla a los Apóstoles prometiéndoles el Espíritu Santo les pide que sean sus testigos en todo el mundo. Este testimonio que deberán dar de Jesús los vincula más estrechamente a su obra y los compromete con mayor obligación a defender y difundir el Evangelio y a ser sus testigos de palabra y obra.
Según este contexto, ser testigos de Cristo en el hoy y aquí de nuestra historia, supone actuar de acuerdo a las obras del Espíritu. En esta tarea jamás nos faltara la gracia del Señor que ha dado su palabra:
"Os daré un corazón nuevo y os infundiré un Espíritu nuevo" (Ez 36. 26).
"Al afirmar que el Espíritu me confirma en la fe para el compromiso cristiano, destacamos dos afirmaciones; la presencia del Espíritu y el compromiso cristiano como fin de la confirmación. Efectivamente, el Espíritu recibido en la Confirmación es quien nos confirma en la fe recibida en el bautismo.
El cristiano es confirmado para ser testigo de Jesús y realizar el compromiso cristiano en el mundo. Los compromisos que esto conlleva se resumen así: poner al servicio del bien común toda cualidad personal, confesar a Cristo siempre y en todo lugar y nunca negar la propia fe".
C. de P. Huelva.
El hecho de acudir a las catequesis es un signo claro de que quieres comprometerte a ser testigo de Cristo. No lo defraudes.
2.- SER CRISTIANO ES SER TESTIGO DE CRISTO A TIEMPO COMPLETO
El confirmado, llamado al apostolado y al profesionalismo, debe testimoniar con el ejemplo de su vida esta vocación a la que ha sido designado.
El amor que ha derramado en su corazón el Espíritu debe hacerlo realidad en la diaria convivencia con sus hermanos. Sin olvidar que el Espíritu quiere hacerse presente en los más mínimos detalles de la vida.
- Es acompañarlo, seguir su camino, nacer de nuevo.
- Es unirse con los compañeros de trabajo, de lucha.
- Es comprometerse con los pobres, defender a los más débiles.
- Es luchar para conquistar el derecho de ser hombres libres.
- Es trabajar por la justicia.
- Es tener conciencia de que encima del hombre sólo está Dios, que es el padre de todos; y que, por tanto, todos hombres son iguales.
Por eso, tener fe significa también no aceptar la opresión de los ricos y poderosos. Significa no conformarse con la injusticia, la mentira, el odio.
¡Para ser cristiano es necesario ser decidido, valiente y sincero!
A través de la palabra el Espíritu se hace presente en el saludo al hermano;
en el servicio que realizo a quien me lo exige; en el préstamo que hago a un vecino en apuros;
en la visita que hago al enfermo, al perseguido o al preso;
en el dar la cara en la lucha por la liberación de las opresiones de mis hermanos;
en el complicarme la vida por los problemas de los hombres;
en la justa defensa de los derechos pisoteados.
A través de estas acciones debe ser testigo fiel de su presencia.
Hoy el ser cristiano no es un titulo de lujo para colgarlo junto a los diplomas de un despacho o a un exvoto adornado el pecho. Es algo más serio y exigente. Es ser testigo de Cristo en todas las horas y todos los días.
Es vivir entregado en alma y vida al Evangelio,
injertado en Dios y aterrizado en los problemas
de los hombres,
comprometido con la época en que se vive,
solidario en las búsquedas de los hermanos,
en sintonía con los todos los hombres.
Un auténtico cristiano
que se deja confrontar por el Espíritu.
Hombre pleno y cristiano pleno,
con apertura al amor sin límites,
sin renunciar jamás a la esperanza de amar,
en disponibilidad para escuchar a todos
y hacerlos participes de su pobreza y amor.
Hombre que disfruta en el don de darse,
que ha escogido hacer de su vida un servicio,
una creación para todos.
Una buena noticia para los hombres,
con hambre y sed siempre
de promoción humana y divina.
3. EL CONFIRMADO TESTIGO DE LA LIBERACIÓN
Las palabras "testigo, testimonio y atestiguar", están estadísticamente comprobadas, y aparecen repetidas 147 veces en los escritos del Nuevo Testamento.
San Lucas y San Juan son los que acuñaron este nuevo vocablo bíblico, y que escasamente aparece en el Antiguo.
Originalmente significa; "hombre que atestigua y confiesa la verdad, que anuncia verdades, defiende creencias, manifiesta y demuestra opiniones".
En el verdadero lenguaje bíblico "testigos" son únicamente los Apóstoles. Ellos fueron los verdaderos testigos oculares y auriculares del Señor resucitado. Desde el bautismo en el Jordán, pasando por la vida pública, milagros y anuncio de la buena nueva.
Únicamente los Apóstoles, son reconocidos por los Hechos, como testigos de Jesús. El triple testimonio que de él dieron fue: testimonio de la palabra, lo confirman con signos, corren la misma suerte que Cristo.
En un sentido más amplio, los confirmados, que a través de la comunidad cristiana y las de los siglos posteriores, han recibido el eco de la voz del resucitado, son llamados en verdad testigos de Cristo. Y esto merced al Espíritu Santo,
"el Espíritu que Dios comunica a los que le obedecen" (Hch 5, 32).
El testimonio más visible y que contagia en la primera comunidad es el amor fraterno, el del anuncio de la buena nueva y el del martirio. Lo apoyan en los hechos y acontecimientos que han conocido. Pero el verdadero testimonio lo centran en torno a la persona de Jesús, tal como se les ha revelado a cada uno.
Los apóstoles son llamados a dar testimonio de la resurrección de Jesús. Y esta es la vocación de todo testigo del Señor: anunciar a los hombres la liberación que Cristo nos ha traído. San Lucas sintetiza así la tarea de Cristo, programa del cristiano.
"El Espíritu del Señor está sobre, mí, porque él me consagró. Me envió a traer la Buena Nueva a los pobres, a anunciar a los cautivos la liberación y la vista a los ciegos, a despedir libres a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor" (Lc 4, 18-19).
4.- AL FONDO DE TODA LIBERACION CRISTO ESTA CON NOSOTROS
La historia de salvación que está tocando vivir a los cristianos de hoy, tiene un marco muy similar al que ofrecía el pueblo de Israel en los días del Exodo. Las esclavitudes que oprimían a los israelitas, víctimas del yugo egipcio, tienen mucho de común con la situación que vive hoy nuestro continente.
La historia se repite, no importa el escenario cambie o sean distintos los hombres que aparecen en la acción. Y esta historia tiene demasiados parecidos con la del pueblo de Dios.
Frente a las pruebas evidentes de esclavitud, marginación y opresión, se levanta lo mismo que en los días de los profetas, la voz valiente de una Iglesia despojada de todo poder político, que espera confiada la liberación de todos los oprimidos.
Lo mismo que los profetas arrastraban hambre, sed y trabajos en su marcha por el desierto, los profetas surgidos en las comunidades del nuevo pueblo de Dios levantan en alto su voz proclamando la igualdad de los hombres, el respeto a los más elementales derechos humanos y la desaparición de todo odio entre hermanos.
El sueño de Luther King, es un botón de muestra;
"Un día el pastor Martín Luther King dijo a las muchedumbres que desfilaban pidiendo la igualdad del negro: Yo tuve un sueño: soñé que un día esta nación se levantaría y viviría de acuerdo con el verdadero significado de su credo, el cual sostiene incontrovertible, que todos los hombres fueron creado iguales.
Yo tuve un sueño: soñé que un día los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los amos llegarían juntos a las mesa fraternal...
Yo tuve un sueño: soñé que mis cuatro hijitos vivirían un día en una nación donde no serían juzgados por el color de su piel, sino por las virtudes de su carácter.
Yo tuve un sueño: soñé que un día, pequeños niños negros y pequeñas niñas negras, estrecharían sus manos con las de niños y niñas blancos, como hermanas y hermanos.
Y el día que esto sucediera uniríamos nuestras manos cantando.
¡Iguales al fin, iguales al fin!"
5. LA LIBERACION TIENE UN NOMBRE
"En la confirmación se recibe la luz y fuerza del Espíritu,
para reconstruir una comunidad que sea signo de justicia y fraternidad en medio de los hombres".
La tendencia marcada de los grupos cristianos a vivir su fe en pequeñas comunidades es un paso hacia la consecución de estos objetivos, esenciales en la convivencia humana y un acercamiento que destruye las barreras que nos separan.
El precio de esta liberación es el de deponer todo egoísmo y conscientes de las responsabilidades individuales y comunitarias comprometerse seriamente a luchar por crear en la tierra la comunidad de amor que Dios ha querido para los hombres.
El programa de esta liberación apunto hacia metas concretas;
- promoción de ese sector inmenso de seres marginados;
- crear una consciencia de igualdad humana;
- propiciar ayuda religiosa, cultural y social a todos;
- creación de puestos de trabajo acordes con la dignidad humana;
- crear un clima de hermandad que termine con las torturas y represiones;
- y un Cristo como oferta, capaz de realizar todos la liberación..
El cristiano tiene fe en que el Espíritu se hace presente en todo esfuerzo por llevar a todos los hombres hacia su plena realización. Pero el Espíritu reclama nuestro esfuerzo.
Su bien él es el motor de este pueblo, peregrino hacia la tierra de promisión, nosotros somos los ejecutores y diseñadores en la implantación de su reino. Y el hombre de esta liberación es el compromiso.
6. "LA CONFIRMACION, ES UN GESTO DE LA IGLESIA QUE ME COMPROMETE".
Como broche de oro de estas reflexiones quiero traer a colación las palabras dicientes de Juan Pablo II en la Pascua de Pentecostés, con los jóvenes de Birmingan, Inglaterra;
"Me gustaría dirigirme ahora especialmente a los jóvenes que están para recibir el sacramento de la confirmación.
El evangelio de hoy tiene un especial significado para vosotros, pues dice que "Jesús, puesto en medio de ellos, les dijo: la paz sea con vosotros. Y diciendo esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron viendo al Señor. Dijoles otra vez: la paz sea con vosotros. Como me envió mi Padre, así os envío yo. Diciendo esto, sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo (Jn 20, 20-22).
Este don que hace Cristo de su Espíritu Santo va a ser derramado sobre vosotros de una manera especial. Oiréis las palabras que la Iglesia pronuncia sobre vosotros, involucrando al Espíritu Santo para que confirme vuestra fe, para que os selle con su amor, para que os fortalezca en su servicio.
Ocuparéis vuestro propio lugar entre los demás cristianos de todo el mundo, actualmente ciudadanos plenos del Pueblo de Dios. Daréis testimonio de la verdad del Evangelio en el nombre de Jesucristo.
Llevaréis un estilo de vida tal que santifique toda la vida humana. En unión con todos los confirmados, os convertiréis en piedras vivas de la catedral de la paz. En efecto, habéis sido llamados por Dios para ser instrumentos de su paz.
Debéis comprender que hoy no estáis solos. Formamos un cuerpo, un pueblo, una Iglesia de Cristo. El padrino que tenéis a vuestro lado representa ante vosotros a toda la comunidad. Unidos a la gran muchedumbre de testigos de todos los países y de todas las edades, vosotros representáis a Cristo. Sóis jóvenes que habéis recibido una misión de parte de Cristo, que hoy os dice: "Como el Padre me ha enviado, así os envío yo", suya, una sabiduría que sólo puede venir de Dios.
"Jesús sopló y les dijo: Recibid el Espíritu Santo. A quien perdonareis los pecados, les serán perdonados; a quienes se los retuvieres, les serán retenidos".
En este primer Pentecostés, nuestro Salvador confirió a los Apóstoles el poder de perdonar los pecados cuando derramó en sus corazones el don del Espíritu Santo. El mismo Espíritu Santo viene hoy a vosotros en el sacramento de la confirmación, para comprometeros más plenamente en la batalla que libra la Iglesia contra el pecado y en su misión de fomentar la santidad.
Viene a habitar más plenamente en vuestros corazones y a fortaleceros en la lucha contra el mal.
Queridos jóvenes: El mundo de hoy os necesita, pues necesita hombres y mujeres llenos del Espíritu Santo. Necesita vuestro coraje y vuestra esperanza, vuestra fe y vuestra perseverancia. Vosotros construiréis el mundo del mañana. Hoy recibís el don del Espíritu Santo para que podáis trabajar con fe profunda y caridad constante, para ayudar a que el mundo consiga los frutos de la reconciliación y de la paz.
Fortalecidos con el Espíritu Santo y sus múltiples dones, entregaos de todo corazón a la batalla que libra la Iglesia contra el pecado.
Luchad contra vuestro egoísmo; tratad de no obsesionaros con las cosas materiales. Sed miembros activos del Pueblo de Dios; vivid mutuamente reconciliados y dedicados a la obra de justicia, que traerá la paz a la tierra".
ACTIVIDADES
"Las esclavitudes del hombre de hoy"
Objetivo:
Hacer descubrir al cristiano los diversos tipos de esclavitud que amenazan con despersonalizar y destruir su misma iniciativa.
Ambientación:
Inundar la sala de abundante material fotográfico y escrito, que dejen al descubierto la realidad que vive la humanidad hoy.
Dinámica:
Hacer que al grupo caiga en cuenta en las redes que tienen la radio, la TV, y demás medios de comunicación social, para despersonalizarlo.
Enumerar las consecuencias más graves que esto origina.
Reflexión:
¿Cuáles son las esclavitudes que más han influenciado en mi: internas y externas?
¿Cómo podría yo liberarme de ellas?
Como cristiano ¿con qué medios cuento?
Reflexión en grupo general o por pequeños grupos.
Lectura bíblica:
Pasaje del joven rico (Mt 19, 16-24).
Compromiso:
¿Cómo te ves retratado en este pasaje?
¿Tienes valor para responder a tu vocación?
Canto:
Un pueblo que camina por el mundo.
Antonio C. Hualde, "La Confirmación", Sacramentos del Espíritu, 15 Catequesis Juveniles. Colombia, 1984
* * *
COMENTARIOS DE PEDRO DEL HUM;
Cuando Hualde dice; "El cristiano tiene fe en que el Espíritu Santo se hace presente en todo esfuerzo por llevar a todos los hombres hacia su plena realización. Pero el Espíritu reclama nuestro esfuerzo. Su bien él es el motor de este pueblo, peregrino hacia la tierra de promisión, nosotros somos los ejecutores y diseñadores en la implantación de su reino. Y el hombre de esta liberación es el compromiso",
es claro que no se refiere a un espíritu metafísico extracorpóreo, sino que refiere a nuestra alma alineada, en sintonía con el "Espíritu Santo" de la iglesia cristiana, la sabiduría, virtudes y valores que podemos extrapolar a todas las religiones y filosofías que trabajan para que seamos mejores personas, por el amor, la fraternidad, y el bien de la humanidad.
Hoy día solemos tomar las lecturas en forma literal, cuando otrora, mas atrás en el tiempo las enseñanzas eran mas simbólicas que literales. Se empleaban alegorías o metáforas, no para "complicar" a los escuchas o lectores, sino como una forma de memorizar las enseñanzas, retener los mensajes en la memoria, en épocas en las que no existían libros o cuadernos de papel o papiros accesibles a todos.
Este estilo metafórico de profesar enseñanzas filosóficas y religiosas continuo hasta nuestros días. Hoy día los jóvenes y los no tan jóvenes leemos e interpretamos todo en forma literal, lo que nos dificulta entender enseñanzas que vienen desde el pasado, o las mal interpretamos como dogmas, o como entes metafísicos extracorpóreos.
Por ejemplo la frase; "Este don que hace Cristo de su Espíritu Santo va a ser derramado sobre vosotros de una manera especial". Esta frase de Juan Pablo II, nos hace reflexionar que seguramente algunos lean aquí que se trata un espíritu en forma de liquido o gas, que baja y se derrama en nuestras cabezas y así seremos mejores personas. Obviamente se trata de una representación simbólica, y como tal debe tomarse.
Hoy con los libros, con internet en los celulares al alcance de todos, quizá sea mejor, no ser tan alegóricos o metafóricos, y ser mas explícitos en las comunicaciones de las enseñanzas de la filosofía y religión.
!