Política Herman Vespa 03 de noviembre de 2023

Política: La columna de Herman Vespa

“Dignidad arriba, regocijo abajo “

La Comisión Investigadora del Senado de la Republica que analizo lo actuado por el Senador Charles Carrera, en su función como Director General del Ministerio del Interior. Durante el periodo 2010 2017, ha llegado a conclusiones. Ellas imputan al referido de acciones muy emparentadas con lo delictivo. Recordemos además que los integrantes de la mencionada Comisión, a fines del mes de junio se habían reunido con el Fiscal Juan Gómez, a efectos de interiorizarse a su vez de la denuncia presentada por el propio Ministerio del Interior hace ya mas de año y medio. De lo recabado surge que el expediente aludido no ha tenido novedades. Y al momento de escribir la presente continua en la misma situación. Uno puede entender que la Justicia deban tomarse su tiempo. Que su trabajo es abundante y torna dificultoso atender todos los casos que llegan a ella con la premura necesaria. Sin embargo, en este caso que además involucra a la Diputada frenteamplista susana Pereyra, esposa del fallecido Eduardo Bonomi, creemos se debería agilizar el trámite, a efectos de evitar situaciones claramente perjudiciales. En tal sentido difícilmente pueda obviarse el hecho de que en tanto la Justicia no se expida, el Parlamento Nacional esta viendo y la ciudadanía lógicamente, como en su ámbito se desempeñan dos legisladores claramente cuestionados. Que desde ese punto de vista no generan credibilidad alguna. Al menos hasta que sus respectivas situaciones se definan, Y pone en tela de juicio nada más ni nada menos, que la seriedad y la cristalinidad del mismo. Además de la significación intrínseca de mantener en su seno a miembros como los aludidos. Que apresurémonos a decirlo, no han tenido la delicadeza personal siquiera de dar un paso al costado hasta tanto la Justicia laude. No solo no han manifestado esa voluntad, sino que por el contrario a despecho de lo actuado por sus pares de la Comisión que les investiga, se mantiene en sus cargos. Haciendo gala de una ligereza realmente de asombro.

En cuanto al conglomerado izquierdista que es su sostén político, ha asumido la conducta general que le ha acompañado desde siempre. Que difícilmente varié y se ha hecho inherente al mismo. Es decir, apoyar ilimitadamente a los involucrados, sin valorar debidamente la gravedad de los hechos que se les adjudican. Con un agravante que lo es el hecho de considerar a estos últimos como objetivos de persecución política. De un intento por desprestigiarlos y al conglomerado que representan, por lógico corolario. Una defensa casi cerril, sin demasiados eufemismos, tampoco argumentos que la hagan más o menos convincente. Sin emb0argo nada de eso se tiene en cuenta y se sigue sosteniendo la peregrina tesis de la persecución. Que particularmente no nos llama en demasía la atención. Y no debería tampoco ser motivo de alarma en la población, a sabiendas del manejo que el Frente Amplio hace de episodios como los referidos. Endilgando a los acusadores la especie de perseguidores políticos o la otra más sencilla y recurrente, la de la derecha actuando en su contra. Tampoco un mea culpa que asumido como tal deja en claro la altura moral de quienes la efectivizan. Nada de eso se plantea, por el contrario, se intenta minimizar lo actuado por la Comisión actuante. Al extremo de permitirnos deducir que las situaciones originadas por dos de los Legisladores del Frente Amplio suponen impunidades con las que se debe convivir. Y lo mas preocupante con la certeza que su ejercicio no originara efectos posteriores significativos. En concreto de esta situación donde se inculpa a Carrera y Pereyra, naturalmente los actores principales. Hay otros cuya trascendencia en los casos resultan notorias. La Comisión Investigadora, el propio Ministerio del Interior. Y fundamentalmente el Poder Judicial cuyo laudo hará posible conocer exactamente la magnitud de las denuncias. De ahí nuestra percepción que dilatarlo supone quitarle seriedad a su proceder como Poder crucial del Estado de Derecho. Que además este hecho de su demora en pronunciarse, está posibilitando que en el Parlamento estén actuando Legisladores cuyas conductas están en tela de juicio. Con inculpaciones notoriamente graves, lo que resta seriedad a sus procederes y a su vez a ambas Cámaras donde los mismos se desempeñan. Por otra parte, lo actuado hasta el momento no hace más que poner en jaque la propia Institucionalidad de la Republica. Extremo que uno supone nadie premedita, pero mientras este episodio no se dilucide. Se siga prolongando la ciudadanía podrá seguir especulando. Alimentando suspicacias, que en nada favorecen a la Justicia uruguaya. Al menos en los casos referenciados. Donde parecería hay ciudadanos que, a pesar de sus conductas, por catalogarlas benevolentemente, poseen una condición especial que hace que aquella no les alcance. Al menos con la prontitud requerida. La gente aguarda expectante su perentorio pronunciamiento, para conocer exactamente la realidad de lo actuado por el Senador Charles Carrera y la Diputada Susana Pereyra. Dicho laudo además y sin duda lo mas importante y trascendente de él, será dejar claramente exteriorizado que nuestra Justicia sigue admitiendo generalizada credibilidad. Ciertamente inherente a su funcionamiento, como lo ha sido históricamente, Desde siempre, El Poder Judicial y su funcionamiento adecuado hacen sin duda, a la salud moral, pero sobre todo Institucional de la Republica.            

 

 Herman Vespa