Política Herman Vespa 10 de noviembre de 2023

Política: La columna de Herman Vespa

Se acaban de conocer los términos de la renuncia a la Universidad ORT, del pe3riodista y académico Leonardo Haberkom. Quien impartía clases de comunicación en la citada casa de estudios. Al margen de compartir o no argumentaciones inherentes al episodio, no dejan de ser motivo de análisis, atendiendo a las connotaciones de las mismas. Al efecto trascribimos parte de las aludidas, en la creencia que en ellas esta lo medular del episodio. Que entre otras cosas dejan la exacta dimensión de la profunda amargura del docente renunciante. De su dolor ante una situación siquiera imaginada. Y sobre todo su absoluta impotencia para revertir determinadas situaciones, que parecerían carente de soluciones. Para las que incluso, la insistencia permanente y la preocupación que conlleva el tratar de modificar posturas de un alumnado insensible a tales intentos, resultan sencillamente ineficaces. Conducentes inevitablemente al abandono de funciones que seguramente se consideraban imposible de hacerlo. Decía Haberkom ; “ Después de muchos, muchos años, hoy di clases en la Universidad por ultima vez. Me canse de pelear contra los celulares. Me canse de estar hablando de asuntos que a mi me apasionan ante muchachos que no pueden despegar la vista de un teléfono que no cesa de recibir selfis. Además, nada es más difícil explicar cómo funciona el periodismo ante gente que no lo consume ni le ve sentido a estar informado. Que la incultura, el desinterés y la ajenidad no les nacieron solos. Que les fueron matando la curiosidad y que, con cada maestro que dejo de corregirles las faltas de ortografía, le enseñaron que todo da mas o menos lo mismo “. Seguramente, sin que haya sido su objetivo al hacer pública su dimisión, dejar plateada una realidad. Inocultable, indubitablemente innegable. Que no es necesario leer con demasiada perspicacia para concluir en lo antes apuntado. Muchas veces hemos sostenido que, durante todos los gobiernos del Frente Amplio, incluido aquel de Mujica Cordano donde clamaba; educación, educación.

Este paso a ser un objetivo, y esto hay que decirlo definitivamente, político ideológico. Un medio de adoctrinamiento generalizado afín a todos los gobiernos similares a los antes nombrados. La Enseñanza en sus distintos niveles posibilita la obtención de adeptos, n o solo en el alumnado sino en sus padres y lógicamente en los respectivos cuerpos docentes. A ello dedico sus esfuerzos el izquierdismo, antes que a la mejora de la calidad de la Enseñanza. A politizarla todo lo posible, antes que a la formación lógica y natural de ciudadanos apegados a valores que nos son inherentes, Libertad y Democracia. Ciudadanos probos, honestos, decentes, respetuosos. En suma, apegados a tradiciones y valores que hicieron de este pequeño Uruguay ejemplo para el orbe entero. Y aquello de Mujica Cordano al asumir su mandato, una de las tantas falacias que guiaron su camino. O simplemente el planteo público de objetivos claramente emparentados con la percepción de hacer de la Enseñanza, lo antes dicho, medio para logros ideológicos indisimulados. Y si alguien lo duda, ejemplos de todos conocidos, además. Las gremiales que agrupan a docentes y alumnos en manos del antidemocrático Partido Comunista. FEUU, Ademu, FENAPES, Afutu. Naturalmente ello no es óbice para que el alumnado o al menos gran parte de él, posea faltas de ortografía realmente llamativas por su magnitud. Y lo peor no sepa expresarse, más o menos correctamente. Ademas de en plena clase estar sujetos al celular. Con una total falta de empatía y respeto por el docente al frente de la misma. Esto lo dice Haberkom, pintando una realidad que, sin duda, supero todas sus buenas intenciones. Todas sus expectativas, al extremo de generar su renuncia indeclinable. Quiérase o no ese panorama planteado por el renunciante se da a todos los niveles de la Enseñanza, transformándose inevitablemente en un fiel reflejo de su actualidad. Lógicamente que en un escenario de decadencia semejante, su explicación no es otra que el enorme mal manejo que de ella hizo el Frente Amplio. Década y media dirigiéndola originaron lo que hoy se exterioriza. Naturalmente dicha fuerza política, con su consabida dialéctica argüirá en contrario de esa realidad. Sin embargo, Haberkom desde su calidad de docente, además de avezado periodista ha desnudado una situación lamentablemente real. Absolutamente indesmentible que compromete seriamente el futuro nacional. Maxime si se tiene en cuenta que toda reforma que se intente, caso de la llevada a cabo por Robert Silva, ha padecido el constante fervor opositor de todas las gremiales del sector. Que no han cejado en la toma de medidas radicales, incluso, para impedir los imprescindibles cambios. Que harán, sin duda,  a la excelencia de ella, condición que jamás debió haber perdido. Los docentes, sabedores exactos de sus carencias y las del apostolado que ejercen, debieran ver en la renuncia del colega el ejemplo de su impotencia, ante el desolador panorama. Que supone estar frente a una clase que no responde siquiera mínimamente a las exigencias que le son inherentes. Para que hagan el esfuerzo máximo, buscando la manera de revertir un estado de cosas que seguramente ningún compatriota bien nacido desea. La salud moral de la Republica y los niños y jóvenes futuro de la misma, necesitan de una Enseñanza ajena a ideologías políticas que no son las nuestras. Es mas se encuentran en las antípodas de valores históricos atesorados por el ser nacional. En el docente compenetrado de su especifica función, imbuido de la enorme grandeza y significación del ejercicio de su apostolado. Y de las consecuencias de su patriótica labor esta, sin duda gran parte del mejor destino nacional. Y sobre todo el de su más preciado acerbo; su niñez.     

 

Herman Vespa