La columna de Herman Vespa

Cuando las opiniones las signan los menores intereses políticos

La prensa y en este caso sin distinción de afectos políticos, ha hecho caudal de dos eventos. Que como tantos otros no son más que comentarios tendientes a cuestionar al gobierno de la coalición. Al cual se le adjudican todos los males imaginables, sin tener la honestidad periodística, la grandeza intelectual de reconocer su cúmulo de aciertos. Que abarcan todos los estamentos de la actividad nacional, cuyos números además certifican claramente la sensatez de un rumbo, generador de transformaciones por toda la ciudadanía percibidos. Uno de los episodios a los que refiere el Frente Amplio, a través de mensajes apocalípticos casi, ha sido lo expresado por la ex Fiscal Gabriela Fossati. Quien entre otras cosas ha expresado su recomendación de no entregar celulares a Fiscalía, aún si esta los solicitara. Agregando ilustrativamente, que ella personalmente los destruiría antes de entregarlos. Se podrán o no compartir sus dichos. Se podrá estar de acuerdo, o manifestar discrepancias. Sin embargo quienes decididamente los fustigan, omiten decir que ellos provienen de una ciudadana por muchos años integrante del Poder Judicial. Consecuentemente, conocedora a cabalidad de su interna. De lo que a ese nivel se origina. De ahí que sus apreciaciones si de algo pueden jactarse precisamente, es del exacto conocimiento de las mismas, que su condición amerita, además. Debiera entonces ser de estricta equidad, cuando se ponen en tela de juicio las mismas hacer mención a su trayectoria, al margen de su experiencia en el ejercicio de su profesión. Lo cual le permite hacer valorizaciones, avaladas claramente por su experiencia de años en su calidad de Fiscal. El otro llamativo episodio, por calificarlo de alguna forma, es lo surgido desde el mismo conglomerado izquierdista, sobre el supuesto seguimiento al presidente del Pit Cnt  Marcelo Abdala. Seguimiento que efectivamente la Policía debió llevara cabo atendiendo al accidente por este protagonizado. Poniendo en práctica disposiciones constitucionales que habilitan medidas de similar envergadura. Ase pone el grito en el cielo, se cuestiona incluso al Poder Ejecutivo y se lanzan acusaciones gratuitas. Sin fundamentos de especie alguna, con clara intencionalidad política. Sembrando un clima de intolerancia manifiesta, de enfrentamientos, de falacias, proclive a satisfacer menores intereses partidarios. Tan sesgados y faltos de la mínima autocrítica, que los hacen totalmente faltos de credibilidad. Al extremo de omitir deliberadamente, decir que este señor Abdala presidente de los trabajadores agrupados en el Pit Cnt , alcoholizado, protagonizó un accidente en la zona de Punta Carretas de Montevideo. En febrero del pasado año 2022 embistió a dos autos allí estacionados. Posteriormente el examen de alcoholemia efectuado al aludido dio positivo, más concretamente 1,53 gramos de alcohol por litro de sangre. Es decir se fustiga a lo actuado por las autoridades policiales y su posterior informe a presidencia. No se alude siquiera con el mínimo rigor objetivo a que el supuesto investigado protagonizó beodo, un accidente que pudo tener consecuencias fatales. Que además se originó producto precisamente de su estado etílico, lo que supone una total falta de responsabilidad, al margen de una auténtica vergüenza para el directamente involucrado. Extensiva al colectivo obrero que preside. El que llamativamente permaneció en silencio, sin emitir opinión sobre lo actuado por el ciudadano en cuestión. Sobre su principal figura. Lo cual nos lleva a razonar en voz alta, que esos mismos trabajadores apoyan lo sucedido, en una actitud difícilmente entendible. Digamos además que el aludido Abdala fue condenado por el Juzgado de Faltas actuante, a tareas comunitarias durante algunos meses. No queremos suponer siquiera que su filiación política, comunista, y su investidura presidente del Pit Cnt, hayan influido en la decisión judicial. No exenta de tan benevolentes consecuencias. Dos episodios en suma que pautan claramente, reiteramos, la intencionalidad política que ambos suponen. Seguramente de mayor amplitud en función de las proximidades de las Elecciones de los Partidos Políticos. En un escenario a esta altura claramente definido. La coalición gobernante haciendo lo que debe hacer, es decir presentar sus logros. Sus obras, sus números y un plan de gobierno que propone seguir en ese sendero de enormes realizaciones. Ante ello el Frente Amplio, sin propuestas más o menos viables y con dedicación casi enfermiza, de poner una y otra vez, palos en la rueda. Con una falta de patriotismo y de empatía, que lo muestran en toda su realidad antinacional. Sin nada que aporte a la superior causa del País y de sus habitantes. Marset, Penadés, Astesiano son referencias ineludibles, históricas por lo repetitivas. DeL futuro del País nada, absolutamente nada. Solo la crítica acerba, despiadada, que únicamente guían odios y resentimientos viscerales. Inocultables y que su salida del Poder acrecentó de forma ilimitada. En tanto los chats, como por arte de birlibirloque casi, se siguen filtrando. Naturalmente siempre en perjuicio de la coalición gobernante. En tanto los casos que involucran decididamente al izquierdismo, permanecen sin diligenciarse. En la más absoluta oscuridad y los chats de los mismos ni por asomo se filtran. Cosas que pasan en el Poder Judicial. Legado, otro más de quince años de gobierno frenteamplista. Que en su afán inocultable de continuismo, no titubeó en politizar todo a su alcance, incluso al mayor poder de la República. Que hace nada menos que a su institucionalidad democrática. Imperdonable.  

Herman Vespa.