La columna de Herman Vespa

Críticas ideologizadas 

Establecidas las formulas presidenciales para las elecciones de octubre, han comenzado los cuestionamientos a la surgida dese el Partido Nacional, con particular énfasis desde el conglomerado izquierdista. Y en muchas ocasiones desde el propio presidente de dicha fuerza política. Los mismos no poseen límites conceptuales de especie alguna. Sin embargo quien adopta esa postura de critica acerba, consideramos no es el más adecuado para llevarlas a cabo. Sus antecedentes y fundamentalmente su personal archivo, caballito de batalla generalizado en la actualidad, no resisten demasiadas controversias. El aludido ciudadano empleado público, percibiendo su pasividad precisamente por esa su actividad. Que apresúremonos a decirlo dudamos de la justicia que suponga el pago de la misma, así como su propio otorgamiento. Pues es de público conocimiento que durante más de quince años el aludido, no concurrió al desempeño de funciones en su lugar de trabajo. Las razones o al menos las conocidas se centran en su actividad sindical y la licencia gremial que ella genera. Que además posee otra connotación que es bueno traer a colación. Este señor percibe una pasividad consecuentemente por una actividad escasamente llevada a cabo por, reiteramos, su casi exclusiva actuación sindical. Además de un muy jugoso emolumento por esta última. Ello deviene sin opiniones discordantes ciertamente, en otro de los trabajadores élites de este generoso Uruguay. Que desde el izquierdista Pit Cnt dirigen en gran medida la agenda frenteamplista, sin que el mínimo rubor se exteriorice en uno u otro. Es decir este señor Pereira, crítico contumaz del gobierno ha comenzado con su retaila de diatribas, y la verdad ellas hay que asumirlas como desde quienes vienen. De un individuo cuyos antecedentes en nada suponen credibilidad. En tal caso sólo pueden entenderse desde su recalcitrante y antinacional concepción ideológica.

Por otra parte y esto es bueno decirlo, por si la gente lo ha olvidado, no es la primera vez ni será la última seguramente, en que un militante de determinado partido político, ha abandonado filas para ingresar a otro. Ejemplos abundan, pero simplemente vamos a mencionar tres casos por su particular notoriedad. Nin Novoa Intendente por el Partido Nacional , posteriormente defensor a ultranza del Frente Amplio, a posteriori de su ingreso al mismo. Juan Raúl Ferreira, Senador incluso por el nacionalismo. Hijo además, nada más ni nada menos, del último enorme caudillo del Viejo Partido de la Nación. Por último Fernando Amado colorado él, también militante del conglomerado izquierdista, luego de abdicar de sus raíces originales. Sin embargo, dichos sucesos no ameritaron el mínimo cuestionamiento. Pocas críticas y mucho de tolerancia, de los mismos que hoy vapulean groseramente la ida de Valeria Ripoll al Partido Nacional. Parecería vista la realidad, que el hecho de abrazar los postulados del Frente Amplio, posibilita sin más que quienes lo hacen pasen a ser ciudadanos de primera. Impolutos, únicos, exclusivos, casi excepcionales. Y en cambio los que de él se alejan son inmediatamente defenestrados, anatemizados, minimizados a extremos intolerables.

En este escenario de enormes rispideces que comienza a visualizarse en toda su exacta dimensión, se proyecta la actividad política partidaria rumbo a octubre. Al margen de lo dicho está claro que nunca como ahora quizás, las elecciones habrán de ofrecer a la ciudadanía opciones que en lo referido al conglomerado izquierdista, supone sin más, candidatos absolutamente radicalizados. Que nos atrevemos a decir, no interpretan ni por asomo el sentir mayoritario de la gente, Y claramente van a contramano de toda una vida de los compatriotas. Del uruguayo, apegado a valores que como la Libertad y Democracia, hacen a la humana dignidad. Se han sostenido en el tiempo y constituyen acervo inextinguible de nuestra existencia como Nación. Jamás el País ha encarado una instancia comicial como la aludida. Con una oposición cuya formula presidencial la integran Yamandú Orsi y Carolina Cosse. Perteneciente el primero a un sector absolutamente radicalizado como el MPP. Que a su vez responde integralmente al MLN tupamaros.

Por su lado Cosse, siquiera merece análisis. Su procedencia, de siempre, de toda la vida a un partido comunista enemigo, más aún destructor de valores como los más arriba mencionados, pautan inequívocamente  lo que sería el destino del País en manos de dichos postulantes. De ahí que no resulte demasiado racional el apoyo que aparentan recibir ambos, so pena de así ocurrir, ingresar en un camino de difícil retorno. Como ejemplifican Cuba o Venezuela por nombrar algunos de los más notorios casos, de gobiernos de similares izquierdistas radicalizaciones. Si a sus perimidas concepciones ideológicas, agregamos datos recientemente dados a conocer que dejan en clara evidencia sus paupérrimas gestiones aportamos un elemento más para que la ciudadanía conozca y pueda obrar en consecuencia. .La Sra. Cosse  va a entregar la intendencia montevideana con un déficit que asciende a los 425 millones de dólares. En tanto quien encabeza la fórmula presidencial del Frente Amplio, es decir el Sr. Orsi, lega a quien le suceda.un déficit de 500 millones de la moneda americana. Despilfarro, negligencia, pésima administración, desvergüenza total, son calificativos adecuados y tal vez menores a tamaño desastre. Que en última instancia terminan perjudicando abiertamente a las poblaciones de ambos Departamentos. Aunque ellas parecieran no advertirlo, pues siguen apoyándolos electoralmente. Alguna vez la ciudadanía, la gente, los votantes entenderán definitivamente que cuando de optar entre partidos enemigos de la Libertad y la Democracia .y aquellos que precisamente practican y sostienen históricamente incluso, valores que hacen a concepciones humanas inalterables, la duda siquiera debiera esbozarse. Sobre todo cuando inclinarse por una u otra postura implica lisa y llanamente, hacerlo a favor del País o en contra de él. Por el Uruguay de siempre, el de todos conocidos, vivido y transitado Y entre quienes lo prefieren sujeto a izquierdistas y minimizantes ideologías, en nada emparentadas con nuestras históricas tradiciones político partidarias. 

 Herman Vespa.