ISLA EN LA TIERRA
Al norte el frío y su jazmín quebrado.
Al este un ruiseñor lleno de espinas.
Al sur la rosa en sus aéreas minas,
y al oeste un camino ensimismado.
Al norte un ángel yace amordazado.
Al este el llanto ordena sus neblinas.
Al sur mi tierno haz de palmas finas,
y al oeste mi puerta y mi cuidado.
Pudo un vuelo de nube o de suspiro
trazar esta finísima frontera
que defiende sin mengua mi retiro.
Un lejano castigo de ola estalla
y muerde tus olvidos de extranjera,
mi isla seca en mitad de la batalla
ISLA EN EL MAR
Marineros gastados sobre el puente.
Niebla en la sangre; su mirada anegan
cicatrices de adioses y navegan
con un mapa de miel bajo la frente.
De pecho adentro marinera gente.
Firmes vigías que las algas ciegan
en el silencio en que los peces juegan.
Voy a llorar en vuestra lengua ausente.
Ni troncos, ni veleros en desvelo,
ni puños de cristal en la garganta,
ni dios sin rostro en el oscuro cielo.
Una tierra obediente a mi sonrisa,
un lugar sin raíz que gira y canta,
donde la muerte nunca tiene prisa.
ISLA EN LA LUZ
Se abrasó la paloma en su blancura.
Murió la corza entre la hierba fria.
Murió la flor sin nombre todavía
y el fino lobo de inocencia oscura.
Murió el ojo del pez en la onda dura.
Murió el agua acosada por el día.
Murió la perla en su lujosa umbría.
Cayó el olivo y la manzana pura.
De azúcares de ala y blancas piedras
suben los arrecifes cegadores
en invasión de lujuriosas hiedras.
Cementerio de angélicos desiertos:
guarda entre tus dormidos pobladores
sitio también para mis ojos muertos.
1939
* * *
BIOGRAFIA: Sara de Ibáñez
Sara de Ibáñez (Sara Iglesias Casadei ) nació el 10 de enero de 1909 en Chamberlain, Departamento de Tacuarembó (Uruguay) y falleció el 3 de abril de 1972.
Prestigiosa autora de estas tierras, a quien autores como Octavio Paz la llamaron cariñosamente Gran Sara. Otros autores que valoraron mucho su obra fueron Pablo Neruda, quien la comparó con Sor Juana Inés de la Cruz, y Gabriela Mistral. Entre otros premios obtuvo el Premio de la Academia Nacional de Letras y el Premio Nacional de Literatura en 1972.
Vivió de niña en Chamberlain, departamento de Tacuarembó, hasta que su familia se mudó a Montevideo. Fue profesora de enseñanza secundaria desde 1945.
El también poeta Roberto Ibáñez, su esposo, fue de quien tomó su apellido como nombre artístico. La pareja tuvo tres hijas; Ulalume, Suleika y Solveig, que también se convirtieron en escritoras. Sara tenía por costumbre escribir dos libros a la vez al igual que hacía su marido; cada uno era diferente en tema y estructura.
Sara se caracterizó por llevar una vida privada muy recogida y, pese a haber comenzado su producción literaria siendo todavía niña, no publicó ningún libro hasta pasados los 30 años de edad.
Una de sus costumbres era escribir dos libros a la vez, de temáticas y estilos completamente diferentes.
En su obra encontramos mucho misterio y un gran hermetismo, lo que ubica su estilo muy cerca del de grandes poetas del simbolismo francés; algunos de los temas reincidentes en la misma es el suicidio y las batallas, donde también se percibe una inmensa angustia por la existencia, el abandono y la muerte.
Libros y Poemas publicados por Sara;
Canto (1940), Buenos Aires
Canto a Montevideo (1941), Montevideo
Hora ciega (1943), Buenos Aires
Pastoral (1948), México
Artigas (1952), Uruguay
Las estaciones y otros poemas (1957), México
La batalla (1967), Buenos Aires
Apocalipsis 20 (1970), Caracas
La Batalla (1967), Buenos Aires
Apocalipsis (1970), México
Canto póstumo (1972), Buenos Aires
FUENTES:
http://www.autoresdeluruguay.uy/biblioteca/Sara_De_Ibanez/doku.php?id=bibliografia
https://es.wikipedia.org/wiki/Sara_de_Ibáñez
https://www.poemas-del-alma.com/sara-de-ibaniez.htm
Desde el inicio sus poemas obtuvieron una importante repercusión en el Río de la Plata, incluso la temprana ponderación de Pablo Neruda en un prólogo que la califica de “grande, excepcional y cruel poeta”. Gabriela Mistral, por su parte, expresó que “su poesía es cosa muy diversa de la que hemos hecho las demás mujeres criollas hasta hoy”.
Sus libros recibieron premios y críticas mayoritariamente elogiosas, a pesar del hermetismo y del muy refinado empleo de la lengua que Sara de Ibáñez cristaliza en su poesía. En 1967, Alejandro Paternain sostuvo que “su sabiduría idiomática” era “una forma incontrastable de sensibilidad; de compenetración absoluta entre la intuición lírica y los secretos del lenguaje”, pero que faltaba “entre nosotros, un análisis completo y una recta interpretación” de su obra, tarea inmensa que, en buena medida, sigue incompleta a nuestros días. Cabe destacar, no obstante, que en 2017 la Biblioteca Nacional concretó la publicación de su Poesía Completa con la edición del investigador italiano Luca Salvi.
FUENTE: http://www.autoresdeluruguay.uy/biblioteca/Sara_De_Ibanez/doku.php
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