LA CONFIRMACION: CATEQUESIS N° 8, HISTORIA DEL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACION

Religión y Filosofía31 de agosto de 2023 A. C. Hualde
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OBJETIVOS

Que el confirmando tome conciencia de pertenecer a este pueblo de Jesús que completa veinte siglos de historia.

La Iglesia desea que todos sus miembros vivamos conscientemente nuestra fe y las incidencias que ella arrastra en las diversas épocas de su existencia.

El historial del sacramento viene a ilustrar y a madurar nuestros conocimientos sobre sus orígenes y expansión. Es deber  tuyo tratar de redescubrirlos.

HISTORIA DEL SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÖN

En el largo historial del sacramento podemos distinguir cuatro etapas o momentos distintos de vivir la confirmación.

1.-  PRIMERA ETAPA: IGLESIA PRIMITIVA. HASTA EL SIGLO VI

En los dos primeros siglos de la Iglesia el bautismo es el "sello del Espíritu Santo". Está ya bastante adelantado el siglo III, cuando si inicia el Rito propiamente dicho de la confirmación, con la imposición de manos, unción y signación. Aunque todavía no se usa el término confirmación.

Tertuliano anota en su célebre texto en el que los teólogos ven una de las más antiguas pruebas a favor de la confirmación: "Después del rito bautismal tiene lugar la imposición  de manos para la comunicación del Espíritu. Se imponen las manos, implorando la bendición e invocando al Espíritu Santo".

San Hipólito llama al rito de la imposición de manos y signación en la frente "consignatio". Una tradición apostólica recogida por él mismo, atestigua que, "los bautizados, después del bautismo por inmersión, vestían nuevamente sus ropas y entraban de nuevo en la Iglesia para recibir la imposición de manos del Obispo".

En esta época se fueron separando paulatinamente los dos ritos: el del bautismo y confirmación.

San jerónimo alude a la visita de los Obispos a los lugares distantes para "dar el Espíritu a los que se habían bautizado". Muy pronto se inicia la costumbre de trazar la señal de la cruz untando en el crisma, e invocando el nombre de la Santísima Trinidad.

Algo que queda claro en esta época es: el bautismo y la confirmación formulan una unidad y se administraban en la vigilia pascual. Es ya a principios del siglo IV, cuando surgen dos costumbres o tradiciones distintas: la de oriente y la de occidente.

a)  En "oriente": se habla de la unidad que conservan los tres sacramentos de iniciación en la Didascalía de los doce apóstoles y en los diversos documentos, al fin del siglo IV, se habla explícitamente de una unción post-bautismal, hecha por el obispo. Este rito es unánime en todas las iglesias.

b) En el "occidente":  la situación es distinta. San Cipriano distingue el ritual del bautismo que perdona los pecados y la imposición de las manos que confiere el obispo, pero distanciados. San Agustín confiesa que la iglesia de África es fiel a la tradición.

San Hipólito habla del rito del bautismo y de una doble unción: la del óleo, hecha por el presbítero y la del crisma, realizada por el Obispo. El nombre de confirmación comienza a usarse en el año 439, en el concilio de Riez.

2.- SEGUNDA ETAPA: DEL SIGLO VI A TRENTO

En la Iglesia  de Roma, al iniciarse el siglo VI, se comienza a separar estos ritos del bautismo y comienza a circular la documentación litúrgica. Se acentúa la imposición de manos como elemento primordial.

Desde el siglo VI al XII, los tres sacramentos de iniciación eran administrados conjuntamente y en la misma celebración litúrgica, en presencia del Obispo. Surge en este momento la idea de que la confirmación era una rectificación del bautismo, "que nos da fuerza, gracias y nos hace soldados de Cristo".

La explicación de esto se comprende en el contexto de guerras y cruzadas en que se vive en esta época de la Iglesia, tiempo de las guerras y las cruzadas, en plena Edad Media. Se los denominaba también sacramentos que dan la fuerza para el combate cristiano.

La imposición de manos se convierte en este período en algo secundario, y las mismas palabras que conforman el rito no son bien determinadas hasta este momento. El pontifical romano del siglo XIII las recoge:

"Yo te signo con la señal de la cruz y te confirmo con el crisma de la salvación, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén."

3.- TERCERA ETAPA: DEL CONCILIO DE TRENTO AL VATICANO II

En las etapas anteriores no se dice cuál es el rito esencial de la confirmación. Ni el mismo concilio de Trento se pronunció. A lo largo de toda la Edad Media se desarrolla una teología de la confirmación, encabezada por Fausto de Riez y por Pedro Lombardo en su obra "Confirmación para el robustecimiento" y continuada por Santo Tomás."

La doctrina de Trento encontró eco en el catecismo "Ad Parrochos", de 1556. Estaba dirigido a los fieles, a los confirmados y a los párrocos. Hace énfasis en los efectos de la confirmación, en la línea de justificación y salvación personal. Resume perfectamente la teología que vivía la Iglesia en este momento.

El siglo XVII trajo un aporte valioso al sacramento al quedar revalorizada la solemnidad de la Pascua de Pentecostés. En el año 1725 se restablece la imposición de manos. Benedicto XIV "autoriza a conferir el sacramento con el crisma de aceite de oliva, bendecido por el Obispo, al mismo tiempo que traza la señal de la cruz sobre la frente y pronuncia las palabras del ritual. León XIII hizo normativa esta costumbre para toda la Iglesia en 1897".

En cuanto a la edad en que se administra hay uniformidad desde Trento hasta el año 1750. Exactamente al llegar al uso de razón. Con contadas excepciones se confiere antes de recibir la primera comunión. En algunos países varió en cuanto a la edad.

4.- CUARTA ETAPA: CONSTITUCION "DIVINAE CONSORTIUM NATURAE" DE PABLO VI

Si bien es cierto que los expertos y pastoralistas desearían que estos datos esenciales del sacramento, como son la institución  por Cristo, el signo externo constante y el efecto específico fueran completados, así y todo el documento de Pablo VI es diciente: "Se tienen testimonios muy antiguos relativos a aquella parte de la iniciación cristiana, en la cual, más tarde, fue reconocido claramente el sacramento de la confirmación. En efecto, después de la ablución bautismal y antes de la Eucaristía se indican muchos gestos."

La constitución aporta tres elementos valiosos, recopilados por P. Farnés;

a) En los orígenes la expresión ritual del segundo sacramento de la iniciación apenas se vislumbra en los "gestos litúrgicos que van apareciendo después de la ablución bautismal y antes de la recepción del manjar eucarístico".

b) Más tarde estos ritos se hacen más explícitos, pero con formas rituales distintas: imposición de manos o unción y fórmulas sacramentales distintas en oriente y occidente y en los diversos siglos.

c) Finalmente la decisión de establecer una nueva fórmula sacramental, para que en ella se exprese más claramente el don del Espíritu Santo.

CONCLUSIONES:  

Del estudio minucioso de los historiadores  que han profundizado en el tema de la confirmación podríamos concluir:

La imposición de manos, según narra San Lucas en los Hechos de los apóstoles, podría ser relacionada con la confirmación.

Al principio se habla únicamente de un rito. El bautismo del agua acompañado de la profesión de fe, para iniciar a los cristianos. Luego, poco a poco, se va descubriendo como una doble línea en la iniciación cristiana: el bautismo no es sólo para perdonar los pecados sino para introducirnos en la familia de Dios.

Aparecen entonces en la Iglesia diversos ritos que expresan esta doble finalidad de la iniciación cristiana. 

Según estos estudios podemos concluir que la confirmación la instituyo Cristo. Pero en lo que atañe a los ritos y ceremonias, éstos son fruto de la reflexión de la Iglesia en las distintas etapas estudiadas.

En toda la historia del sacramento hay un núcleo esencial que nunca varió; "el don del Espíritu Santo". 

La pobreza de datos históricos ha convertido en ciertos momentos de la historia de la Iglesia a este sacramento algo así como un sacramento secundario. La nueva Constitución viene a llenar esta laguna del pasado.

Un personaje que aparece como algo insustituible en occidente, es el Obispo. Por sí o por su representante quiere ser signo de comunión con la Iglesia.

El Nuevo Ritual del 11 de agosto de 1971 hace un esfuerzo por conciliar las varias tendencias y adoptar una posición teológica en el sentido de acentuar la totalidad de la iniciación cristiana. Los tres sacramentos debe estar íntimamente entrelazados.

La edad del sacramento de confirmación queda al juicio de las conferencias episcopales. El padrino puede ser el mismo del bautismo, para demostrar la unidad.

La fórmula es la mayor novedad. Adopta la antiquísima costumbre del rito bizantino, en la que se expresa el don del Espíritu Santo y se invoca la efusión verificada en el día de Pentecostés.

ACTIVIDADES

PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR

1.  ¿Qué significa en nuestra conversación "confirmar algo"?

2.  ¿Qué queremos decir con la palabra "Confirmación"?

3.  ¿Qué relación vemos entre el Bautismo y la Confirmación?

4.  Si tuvieras que elegir las palabras que más se repiten en la catequesis de Confirmación ¿Cuáles elegirías? 

5.  ¿Qué relación ves en el viento, el fuego, la paloma, con el Espíritu Santo?

6.  ¿Te crees un cristiano  maduro para recibir la confirmación?

¿Qué es lo que crees te falta para este compromiso?

7.  ¿Qué crees que debemos cambiar en nuestra vida, mente y corazón, para poder recibir la Confirmación?

Antonio C. Hualde, "La Confirmación", Sacramentos del Espíritu, 15 Catequesis Juveniles. Colombia, 1984

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San Basilio Magno celebrando Misa por el rito bizantino.

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