LA COLUMNA DE PEDRO:  COVID como seguimos (marzo 2023)

Pasadas unas semanas, luego del fallecimiento de nuestro querido padre, reflexionamos en que podemos ayudar en prevenir fallecimientos por COVID en adultos mayores, desde esta humilde trinchera; la Columna de Pedro.

Salud27 de marzo de 2023 Pedro
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En Uruguay la Pandemia comienza en marzo 2020, y es controlada el año pasado; 2022. Luego de eso es evidente que se dejó de testear. A todos nos ha sucedido de estar afiebrados con severos síntomas respiratorios, y no somos testeados por COVID. En esta situación de “nueva normalidad”, donde la Pandemia ya paso, “ya fue”, la realidad nos golpea en la cara, la “peste” continua activa, y debemos reaccionar con responsabilidad.

Hoy por hoy estimados, lo que se dice la “pelota”; quedo totalmente del lado nuestro, del lado de las personas, de la responsabilidad personal, individual, y en lo que hace al motivo de esta columna, la pelota está en la cancha del usuario de los sistemas de salud; sea el enfermo o sean los acompañantes.

El caso concreto, que fue nuestro querido padre, el mismo fue internado por otra patología, no por COVID, y parecía obvio que sucedería lo que finalmente sucedió. Un centro de internación, es un lugar de altísimo riesgo, donde quienes allí asisten, no están precisamente rebosantes de salud, van porque padecen alguna patología, sea COVID o sea otra cosa.

En palabras simples; si debemos ser internados por una patología, que no es COVID, tenemos altísimas chances de pescarnos el COVID allí dentro.

Elevada concentración humana de los mismos pacientes allí internados, por los motivos que fuere, del personal de la salud, médicos, acompañantes, personal de limpieza, que, en su mayoría como nosotros, son trabajadores, y arriban al sanatorio/hospital en ómnibus o caminando, sin protección, sin tapabocas tipo N95 (único realmente efectivo para protegernos), hasta comenzar a emplearlo dentro de la institución de salud.

Así el centro de salud, pasa a ser un “router” del COVID, hablando en la jerga informática. Sobre todo, en los escaparates, pasillos, salas mal ventiladas, donde el aire no es renovado en forma suficiente, y conviven varias personas por horas respirando el mismo aire.

Personalmente, quien escribe, el tiempo que agradecemos Dios nos permitió acompañar a nuestro querido padre, estuvimos protegidos por un tapabocas tipo N95 del fabricante 3M, y en cada actuación como acompañante realizar un lavado de manos con agua y jabón, y alcohol gel donde no hubiere baño disponible.

En resumen, estimados, el COVID sigue entre nosotros, y debemos aprender a convivir con el mismo, o más bien sobrevivir al mismo para el caso de los abuelos.

En los sitios de mayor riesgo; debemos asumir y cumplir las medidas precautorias por todos sabidas; vacunación, protección facial N95, lavado de manos, desinfección con alcohol gel, ventilación donde sea posible.

Los más vulnerables son los adultos mayores, nuestros queridos padres y abuelos, y a ellos nos debemos, cuidando lo que hacen ellos, y lo que hacemos nosotros mismos.

No es imposible, es ser responsable, conducta.

Salud isabelinos !!

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