PETICION: Salvemos el Parque y Edificios de la antigua Facultad de Veterinaria
Si gustan firmar en defensa del predio de la ex Facultad de Veterinaria. Desde ya de agradece.
La crisis climática está provocando sequías más frecuentes e intensas, lo que pone de relieve la necesidad de una gestión sostenible del agua.
En Uruguay, una intensa crisis hídrica ha planteado interrogantes sobre la gestión actual del agua y los procesos participativos de toma de decisiones. Se necesitan recomendaciones para los responsables políticos en Uruguay y a nivel internacional para equilibrar los intereses nacionales e internacionales en la tensión del nexo energía-agua-alimentación.
El papel creciente de la gestión sostenible del agua durante la crisis climática
El cambio climático está causando variaciones regionales en las precipitaciones, lo que provoca sequías e inundaciones. Esto puede provocar escasez de agua [i] en regiones con mayor riesgo de sequía, como el sur y el centro de Asia, el sureste de Sudamérica, el centro de Europa y el sureste de EE.UU. [ii]. La gestión sostenible del agua es crucial para garantizar el suministro de agua potable. Los enfoques incluyen presas, estanques de retención y el concepto urbano de Ciudades Esponja [iii] .
Un ejemplo escandaloso de mala gestión del agua tuvo lugar este año en Montevideo, Uruguay (de abril a agosto de 2023). La extrema escasez de agua llevó al gobierno a declarar el estado de emergencia en la capital en junio de 2023, en un momento en que a la capital sólo le quedaban entre 7 y 10 días de agua potable [iv]. Con este ejemplo, ilustramos los retos democráticos que pueden plantear las crisis inducidas por el clima, subrayando la necesidad de reconsiderar las actuales prácticas de gestión.
Procesos de gestión del agua en Uruguay, Montevideo
Uruguay es un país tradicionalmente rico en agua que declaró el acceso al agua potable como un derecho humano en su constitución de 2008 [v] a través del artículo 47, garantizando el derecho de "los usuarios y la sociedad civil […] [como] actores fundamentales en cuanto a la planificación, gestión y control de los recursos hídricos, ambiente y territorio" [vi] y que estas entidades tengan "derecho a participar de manera efectiva y real en la formulación, implementación y evaluación de los planes y de las políticas que se establezcan" [vii] . Se introdujo toda una serie de sistemas de gobernanza en cascada y participativa para salvaguardar el país del abuso del agua, incluidos los organismos de cuenca fluvial (OCF) que representan los intereses locales.
Sin embargo, el otorgamiento de concesiones de agua a empresas internacionales ilustra el debilitamiento de las salvaguardias reguladoras del agua. Esto incluye la supresión del Consejo Nacional del Agua, Ambiente y Territorio y la desautorización de los organismos de cuenca para que sirvan de plataforma informativa con un poder limitado en la toma de decisiones. Se está obstaculizando la participación efectiva y los procesos participativos, y no se pretende por diseño un verdadero empoderamiento y toma de decisiones por parte de los participantes, sino que prevalece la participación superficial.
Procesos participativos socavados durante la crisis del agua
La escasez de agua en Montevideo dio lugar al estado de emergencia, que legitimó la actuación inmediata del gobierno sin evaluaciones de impacto social o medioambiental. Algunas de estas medidas contribuyeron a mejorar el acceso de los más pobres al agua embotellada, pero no sin concesiones. En cuestión de días se construyeron presas, tuberías y estaciones de bombeo para recoger y trasvasar agua con el fin de asegurar el suministro de Montevideo. Esto demuestra cómo las crisis permitieron eludir los procesos reguladores de las áreas protegidas, ya que ambos lugares de actuación -el embalse del río San José y la estación de bombeo de Aguas Corrientes- se encuentran en una de las pocas áreas protegidas del Uruguay.
Este proceso estuvo acompañado de una falta de información y evaluaciones, lo que suscitó muchas preguntas sobre la población afectada, el carácter temporal o permanente de la infraestructura, la seguridad del suministro local de agua y la compensación por las pérdidas de medios de subsistencia, incluida la expropiación. La población afectada y los políticos solicitaron acceso a la información a través de los canales legales públicos correspondientes, pero sus consultas quedaron sin respuesta en el primer plazo obligatorio de respuesta de 21 días [viii].
Gracias a la resistencia y las protestas locales, incluido un frente político regional unido, se forzaron las respuestas a las preguntas más acuciantes: Parece que algunas partes de la infraestructura serán permanentes, mientras que la presa y las bombas deben retirarse según el Ministerio de Medio Ambiente [ix] , al menos de momento. Además, las protestas exigían un aumento de la concientización medioambiental y un mayor intercambio sobre la gestión del suministro local de agua entre los distintos grupos de la sociedad, la política y los medios de comunicación.
La forma en que se socavaron los procesos democráticos y participativos ejemplifica el papel que pueden desempeñar las crisis del agua en un mundo con cambios climáticos, y debería llevarnos, global y localmente, a reconsiderar nuestros planes de gestión del agua.
Ante los diversos proyectos uruguayos de uso intensivo de agua que están en marcha, como una central ecológica de hidrógeno en la región norteña de Tacuarembó [x] o un centro de datos de Google [xi] en el departamento de Canelones, los recientes desafíos en Montevideo plantean las siguientes preguntas:
¿Cómo coincidirán y se desarrollarán en el futuro los recursos y las demandas de agua?
¿Cómo garantizar procesos democráticos y participativos en la gestión del agua, teniendo en cuenta las crecientes tensiones debidas al cambio climático?
Gestión del agua y priorización de las fuentes
Si observamos cómo se distribuye el uso del agua entre los distintos sectores económicos, vemos que la agricultura representa la mayor parte del uso mundial de agua dulce, en torno al 70%, seguida de la industria, con un 17% [xii].
Dado que los recursos de agua dulce son muy limitados, su uso a escala industrial debería limitarse a las tasas de renovación de la fuente respectiva y realizarse con una alta eficiencia y procesos de reciclado del agua. Las fuentes de agua dulce de alta calidad, como los acuíferos, deben considerarse reservas estratégicas de agua dulce. Su uso y la extracción de agua deben evaluarse y controlarse cuidadosamente en relación con las renovaciones de las aguas subterráneas, que están sujetas a cambios en las tasas de infiltración debido al uso del suelo y a los patrones de precipitaciones afectados por el cambio climático.
Su gestión y uso deben tender a su protección y conservación como prioridad medioambiental de primer orden. Así lo subraya un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo, según el cual debería evitarse el uso de agua dulce para la producción de hidrógeno verde y favorecerse el agua de mar [xiii] .
Especialmente en el caso de los proyectos industriales internacionales, deben tenerse en cuenta las repercusiones locales y seleccionarse las ubicaciones en las que el uso del agua suponga la menor carga para el agua y otros recursos medioambientales. Deben garantizarse los beneficios económicos locales, y los planificadores deben ser sensibles a los riesgos de externalización, extractivismo y reforzamiento de los desequilibrios globales de poder. Debe analizarse la sostenibilidad a largo plazo de los proyectos, sobre todo teniendo en cuenta la posible escasez de agua en el futuro.
Recomendaciones para los responsables políticos de Uruguay y de todo el mundo
Teniendo en cuenta el peligro de que los proyectos de uso intensivo de agua aumenten la escasez local de agua, hemos identificado algunas recomendaciones para los responsables políticos:
1. Las evaluaciones de impacto ambiental deben tener en cuenta los efectos del cambio climático. Deben hacerse obligatorias las evaluaciones independientes de impacto ambiental, incluido el uso del agua, para cada proyecto individual, pero también en combinación con otros usos que consuman agua. Los proyectos de los que se espere que reduzcan la resistencia climática o medioambiental de la región deben quedar excluidos de recibir financiación estatal o internacional.
2. Garantizar una ejecución sostenible de los proyectos basada en la participación. Las evaluaciones de impacto deben incluir las voces locales, y el proceso regulador debe capacitar a la sociedad civil para participar en la toma de decisiones. Esto puede garantizar que los aspectos sociales y las opiniones se tengan en cuenta de todo corazón en lugar de simplemente intentar evitar la oposición pública.
3. Priorización de la gestión del agua hacia la población y las industrias esenciales y la producción de alimentos. Aunque Uruguay ya recoge el derecho al agua en su Constitución, otros países también necesitan adaptar derechos similares. A modo de ejemplo, mientras que el gobierno alemán ha establecido finalmente una Estrategia Nacional del Agua en 2023 [xiv] , el acceso al agua potable para la población alemana todavía no está garantizado legislativamente.
En el caso concreto de Uruguay, donde la reciente crisis del agua en Montevideo pone de relieve la importancia de la gestión sostenible del agua, podemos ofrecer recomendaciones políticas directas:
1. Garantizar un suministro de agua resiliente para la población. Crear un comité interdisciplinario de expertos para el desarrollo a largo plazo de un sistema de abastecimiento de agua y saneamiento resiliente y la gestión de Montevideo y las demás ciudades del país. Para contribuir a la aplicación de los planes de gestión, deberían incrementarse las capacidades institucionales de la empresa nacional de aguas (Obras Sanitarias del Estado OSE) ampliando el personal más allá de los ingenieros civiles. Deben repararse las infraestructuras defectuosas, por ejemplo el sistema de tuberías de la capital, que presenta fugas.
2. Reforzar las Comisiones de Cuenca para la participación local. Empoderar a los organismos de cuenca mediante la materialización de su poder de decisión constitucionalizado. Además, deberían crearse nuevos organismos de cuenca para los acuíferos que actualmente no están representados, por ejemplo el Raigón, el Arapey y la parte uruguaya del acuífero Guaraní.
3. Establecer planes resilientes de gestión del agua a largo plazo. Desarrollar planes de gestión para el uso de aguas superficiales y subterráneas que se basen en pruebas científicas de las variaciones hidrogeológicas en extensión, volumen, calidad y capacidad de renovación. Esto debería tener en cuenta los impactos del cambio climático, así como los cambios en la capacidad de infiltración debidos a alteraciones en el uso del suelo. Deben establecerse reservas estratégicas de agua. De acuerdo con la Constitución, debe darse prioridad al acceso al agua potable.
4. Aumentar la investigación y los conocimientos especializados sobre cuestiones medioambientales (financiación de la investigación local e internacional). Debe hacerse especial hincapié en la investigación inter- y transdisciplinaria basada en el seguimiento a largo plazo de la cantidad y calidad de las aguas superficiales y subterráneas [xv] . Además, fomentar el estudio y la práctica del derecho ambiental es crucial para aumentar el número de abogados ambientalistas en Uruguay, que puedan representar a la sociedad civil en caso de conflictos ambientales.
5. Capacitación y sociedad civil medioambiental. Capacitar a las organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil para que se unan en torno a cuestiones medioambientales y apoyen la acción local de concientización medioambiental. Este apoyo es muy necesario, ya que las organizaciones actuales tienden a ser pequeñas y dispersas, mientras que las organizaciones internacionales siguen ausentes. A largo plazo, esto podría reforzar las cuestiones medioambientales en el debate y la representación políticos.
Resumen: En los proyectos con uso intensivo de agua debe tenerse en cuenta la disponibilidad cambiante de agua
Como han demostrado los recientes acontecimientos en Uruguay, ni siquiera los países o regiones tradicionalmente ricos en agua están a salvo de las sequías debidas a los cambiantes patrones meteorológicos y al cambio climático. Por lo tanto, los proyectos que hacen un uso intensivo del agua deben evaluarse cuidadosamente en cuanto a sus repercusiones sociales y medioambientales en la gestión y disponibilidad de agua a nivel local y regional.
Es crucial reflexionar sobre los planes de gestión del agua de los países que prevén una mayor escasez de agua en el futuro y rediseñarlos si es necesario. Los criterios subyacentes deben ser la resistencia climática, la sostenibilidad y los procesos participativos.
Sobre los autores: Tamara Avellan, Maria Paula Collazo, Martha Hoffmann, Katrin Lammers
Dra. Tamara Avellán La Dra. Tamara Avellán es docente en la Universidad de Oulu, donde estudia las prácticas sostenibles de retención de agua y nutrientes en la agricultura. Es experta en gestión sostenible del agua y está interesada en los procesos participativos para el cambio transformacional.
Dra. María Paula Collazo: La Dra. M. Paula Collazo es doctora en Hidrogeología y profesora de Aguas Subterráneas en la Universidad de la República, Uruguay. Sus principales líneas de investigación son la hidrogeoquímica, la contaminación y vulnerabilidad de los acuíferos y la gestión, protección y conservación de las aguas subterráneas.
Dra. Katrin Lammers Katrin Lammers es investigadora en el Reiner Lemoine Institut (RLI). Participa en varios proyectos que analizan los riesgos y oportunidades de la aplicación del hidrógeno verde en el contexto internacional. También es experta en modelización de sistemas energéticos resistentes al cambio climático.
Martha Hoffmann: Martha Hoffmann es estudiante de doctorado en la Escuela de Postgrado sobre Transición Energética de la Fundación Reiner Lemoine de Berlín, donde investiga cómo incorporar las cuestiones de justicia energética a la planificación de la transición energética.
REFERENCIAS
[i] IPCC 2022, Recuadro 4.1 Implicaciones del cambio climático en la escasez de agua y la inseguridad hídrica, p. 560 https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg2/downloads/report/IPCC_AR6_WGII_Chapter04.pdf
[ii] IPPC 2022, 4.2.3 Cambios observados en las sequías, p. 579 https://www.ipcc.ch/report/ar6/wg2/downloads/report/IPCC_AR6_WGII_Chapter04.pdf
[iii] Definición general Schwammstadt/Esponja Ciudad: https://www.oecd.org/climate-action/ipac/practices/germany-s-sponge-cities-to-tackle-heat-and-flooding-7b6caa58/
[iv] https://www.republicworld.com/world-news/south-america/uruguays-capital-has-10-days-of-water-left-a-few-more-if-they-mix-in-seawater-articleshow.html
[v] Constitución de Uruguay, Artículo 47 https://www.impo.com.uy/bases/constitucion/1967-1967/47
[vi] Ley n°18610, artículo 18, Ley de política nacional de aguas, principios rectores,
[vii] Ibid Artículo 19
[viii] https://www.impo.com.uy/bases/leyes/18381-2008
[ix] https://www.sanjoseahora.com.uy/2023/09/15/ose-debe-desmantelar-obras-en-la-zona-de-buschental-segun-informe-de-la-dinacea/
[x] https://dialogochino.net/en/climate-energy/374197-green-hydrogen-plant-in-uruguay-faces-challenge-over-water-use/
[xi] https://www.theguardian.com/world/2023/jul/11/uruguay-drought-water-google-data-center
[xii] https://ourworldindata.org/water-use-stress#freshwater-use-in-industry
[xiii] Signoria, Chiara, y Marco Barlettani. 2023. Environmental, Health, Safety, and Social Management of Green Hydrogen in Latin America and the Caribbean', BID. https://doi.org/10.18235/0004888.
[xiv] Estrategia Nacional del Agua UBA
[xv] https://ladiaria.com.uy/ambiente/articulo/2023/6/paula-collazo-es-muy-preocupante-que-el-hidrogeno-verde-se-haga-con-agua-subterranea-que-debiera-considerarse-como-una-reserva-estrategica/
Si gustan firmar en defensa del predio de la ex Facultad de Veterinaria. Desde ya de agradece.
El evento internacional que se desarrollará en Montevideo abordará los desafíos críticos relacionados con la prestación de servicios seguros de agua potable a un costo asequible.