La columna de Herman Vespa

Política03 de febrero de 2024 Herman Vespa
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¿Gremialistas o militantes frenteamplistas?

A la cúpula del Pit Cnt no se le dibuja el mínimo de vergüenza, toda vez que uno u otro de sus miembros admite su militancia político partidaria. Que además se efectiviza a través de su integración a una u otra de las tantas agrupaciones que componen el izquierdismo vernáculo. Su inverecundia no se disimula, siquiera se tiene la intención de hacerlo0. Es tanta la impunidad que les ampara, y la confianza que el apoyo de sus pares les supone, que ocultar su filiación decididamente frenteamplista. Y yendo más lejos aún comunista lisa y llanamente, no les es necesario. Es de todos sabido que hasta ahora no han aparecido trabajadores que, unidos, conscientes de su realidad en la que están inmersos, posean la valentía, la imprescindible dignidad y el coraje cívico de poner coto a esta dictadura sindical. Entronizada y viviendo siempre en el oscurantismo absoluto, sin siquiera dar a conocer sus balances. Sus estados de cuenta que uno supone, todos los uruguayos tendríamos el ineludible derecho de conocer. Máxime los trabajadores, cuyas cuotas de aportes, mensual y rigurosamente les son retenidos. Todo ello es obviado por Abdala, los que le siguen y apoyan. Naturalmente que lo actuado por dicha central no se limita a lo que debiera ser su específica función. Por el contrario, se siente con la obligación casi de inmiscuirse en todos los órdenes que hacen a la República. En ese sentido el Gobierno ha dado a conocer la creación en el pasado 2023, de 40.000 nuevos empleos. Además, naturalmente de los 70.000 recuperados después de la pandemia. Para el Pit Cnt lo anunciado es positivo, pero alerta por luces amarillas. Es decir, difícilmente haga algo el Gobierno que se adecue a su ideología. Que merezca la entereza moral de reconocerlo. Su antipatriótico, visceral comunismo le impide ver más allá de esa, su perimida concepción. En consecuencia jamás partirá de su seno la elemental ponderación que la ecuanimidad humana natural amerita. Concretamente este Gobierno no tuvo, tiene ni tendrá apoyo mínimo siquiera del Pit Cnt. El no sirve a sus espurios intereses. Los mismos que anteriores administraciones defendieron a capa y espada. A sabiendas, plenamente convencidos estamos, de apañar a una dirigencia gremial funcional a los aludidos, que en última instancia transformó vergonzosamente la central de trabajadores en otro de los tantos Comités de Base del Frente Amplio. A vista y paciencia de todos los obreros afiliados a la misma, haciéndose cómplices ineludibles del comunismo internacional. Consecuentemente enemigos del País, de su Libertad, de su Democracia. Del Uruguay auténtico, real, insustituible. En las antípodas de Cuba y Venezuela, régimen a los que Abdala y sus laderos adoran. Más todavía rinden pleitesía, deplorable, ciertamente. Y les deja en evidencia, sobre todo cuando muy sueltos de cuerpo, sostienen que en ambos países no hay Dictaduras. Es el mismo Pit Cnt que toleró silenciosamente, callado las pérdidas brutales de Ancap. Mil millones de dólares que los uruguayos debimos oblar, incluso compulsivamente. Que nada dijeron tampoco cuando el inefable Raúl Sendic “invirtió” 100 millones de dólares, sí 100 millones de la moneda americana, en un horno que jamás funcionó. Que jamás se pudo poner a andar ya que para hacerlo era necesaria una suma muy superior a la “invertida” por el personaje de marras. Los mismos que guardaron estricto silencio ante la barbaridad implementada por el Gobierno del Dr. Tabaré Ramón Vázquez Rosas, de otorgar pensiones a los que atentaron contra el País. Que a través de las armas trataron de destituir a un gobierno legítimamente electo por la mayoría ciudadana. Que robaron, asaltaron, secuestraron, mataron, asesinaron. Delincuentes de la peor calaña que sumieron al País en la brutal intolerancia, criminal, además, de sus enfermizos extremismos. Y que al día de hoy le han significado a la República una erogación que supera los mil millones de dólares, destinados a subvencionar a los autores y descendientes de semejantes atropellos.

Que pusieron en jaque la institucionalidad nacional. Y originaron mas de una década de dictadura militar. Todo ello es olvido para el Pit Cnt. No forma parte del más oscuro período de la Historia Nacional moderna, tampoco merecen ser recordados constantemente para ejemplo de las generaciones futuras. Para que nunca más se vuelvan a repetir. A nada de ello se alude, tampoco se dice cuántos nosocomios, cuántas escuelas, cuántos Liceos pudieron haberse edificados, si las pérdidas de Ancap no hubieran existido. Si las “pensiones graciables” del Dr. Vázquez no se hubieran llevado a cabo. El Pit Cnt como organización gremial no cumple ni remotamente con su cometido puntual, Devenida actualmente en un comité al servicio del izquierdismo comunista. Desde ese punto de vista que aún mantenga relativo apoyo, dentro de sus pares le posibilita seguir actuando de la forma que hasta ahora lo ha hecho. Que además no habrá de variar si el sindicalismo uruguayo no reacciona. Desconocemos si esa apuesta a un cambio se compadece con la actual realidad, pero lo cierto lo real es que dicha central cuenta hoy con el respaldo incondicional de la fuerza de izquierda. Que la ha transformado en su apéndice laboral. Lo cual no hace ciertamente a la salud moral de la República. E implica a cientos de trabajadores seguramente en nada identificados con las obtusas y sectarias conductas de su dirigencia. Elitista, enriquecida y no precisamente por su esfuerzo laboral. Al que no son muy afectas, menos todavía al elemental ejercicio del régimen de ocho horas. Que aclaremos a esta altura, los comandados por el ya mencionado Abdala, pugnan por las seis horas. Seguramente como forma de combatir el “cansancio” que les agobia. Dirigencia sindical que le llaman y subsiste en el País. Lamentablemente.

 Herman Vespa

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