Religión y Filosofía A. C. Hualde 10 de agosto de 2023

LA CONFIRMACION: CATEQUESIS N° 5, LA IGLESIA NOS TRANSMITE EL ESPIRITU SANTO

OBJETIVOS

Un hecho histórico comprobado en el de los mil millones de cristianos que conformamos hoy la Iglesia de Jesús. Nadie pone en duda la nueva vida que comunica a todos los bautizados, la Confirmación del Bautismo.

Lo que resulta preocupante es el que una comunidad que a tantos comunica su Espíritu, no haya logrado a estas alturas transformar las estructuras injustas de nuestro mundo. 

¿Nos hemos parado a pensar en las causas?

1.- LA IGLESIA ES EL TEMPLO DEL ESPIRITU

Hoy, lo mismo a nivel de jerarquía de pueblo de Dios, nadie duda de la presencia del Espíritu Santo en el seno de la Iglesia. Presencia cálida, activa, vivificante, de la que no podemos prescindir. 

La mayoría de los actos vitales del hombre están acompañados por la invocación al Espíritu Santo.

La entrada en el pueblo de Dios, por el bautismo, se hace invocando la fuerza y el poder del Espíritu. Cualquier acto que realizamos en nuestra vida, lo realizamos en el "nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo".

En el centro de la liturgia ocupa cada año lugar especial la celebración de la Pascua de Pentecostés, en la que conmemoramos la venida del Espíritu  Santo a los Apóstoles y en la que la Iglesia pide de nuevo a Dios derrame sobre sus hijos el Espíritu de adopción.

Además el Espíritu Santo se hace presente en momentos tan importantes como el Bautismo, la Confirmación, el Orden sacerdotal, que marcan los momentos más fuertes de la vida de los cristianos.

En base a esta presencia del Espíritu Santo en la Iglesia, el Concilio Vaticano II no dudó en llamarla "templo del Espíritu Santo".

"Como Espíritu vivificante, su presencia en la Iglesia es semejante a la del alma con relación al cuerpo humano. El Espíritu mueve y da vida a la Iglesia, rejuveneciéndola incesantemente". (I.G 4).

"Como Espíritu de verdad asiste especialmente a la Jerarquía para que conozca cada día mejor lo que Cristo enseño y lo da a conocer de manera apropiada a los hombres de todos los tiempos.

Como Paráclito o Consolador, el Espíritu sostiene a los fieles en medio de las tribulaciones de este mundo y les da fortaleza para confesar sin temo el nombre de Cristo:

La Iglesia, en medio de tentaciones y tribulaciones, se ve confortada con el poder de la gracia de Dios, que le ha sido prometida para que bajo la acción del Espíritu Santo, no cese de renovarse hasta que la cruz llegue a aquella luz que no conoce ocaso" (I. G 9).

2.- LA IGLESIA COMUNICA  A LOS HOMBRES UNA NUEVA VIDA

El Apóstol Pablo escribe:

"Por el bautismo fuimos sepultados con El en la muerte, para que así como Cristo resucitó, también nosotros llevemos una vida nueva" (Rm 6, 3-4).

Este  texto del Apóstol se complementa con el de San Juan;

"He venido para que tengan vida y vida en abundancia" (Jn 10, 10).

Esta vida divina llega a nosotros a través de estos siete signos sacramentales.

El bautismo es el sacramento que nos da la nueva vida en Cristo. El cristiano no puede quedarse en la contemplación de un Cristo muerto. Sería esto falsear el evangelio que está orientado a la resurrección.

El bautismo obra en el hombre un cambio radical al revestirlo del hombre nuevo:

"debéis revestiros del hombre nuevo, el creado  según Dios en justicia y santidad verdadera" (Ef 4, 24-25).

"El que está en Cristo es una criatura nueva; lo viejo ya pasó y apareció lo nuevo" (2 Co 5, 17)

Esta identificación del cristiano con Cristo en su Resurrección es el principio de la vuelta gloriosa con Cristo al Padre.

Este nuevo nacimiento significa un cambio radical en nuestras actitudes de vida. El Señor habla de la necesidad de hacerse niños, inocentes, como en el principio de la existencia y abandonar toda malicia contraria al amor. 

Esta vida nueva esta reflejada en el agua bautismal que se derrama sobre la cabeza del niño y en la fórmula sacramental:

"Yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".

La alegría que experimentan los padres al traer un hijo al mundo no es mayor al gozo que sienten al acercarse a recibir la nueva vida en la pila bautismal. Momento cumbre en el que el agua pone fin al pecado y da origen a a la santidad.

El efecto del agua bautismal es claro: borra el pecado antiguo y da origen a una nueva vida. Este rito se comprende más fácilmente si recordamos que en el nacimiento de la primitiva Iglesia los cristianos eran sumergido en el agua totalmente.

A esto refiere San Pablo cuando escribe: "Por el bautismo fuimos sepultados con El en su muerte".

El nuevo ritual  incluye esta oración:

"Concede, Señor, nueva vida por el agua y el Espíritu a estos niños"...

Estas reflexiones nos llevan a sacar una conclusión. Si toda vida necesita un cuidado excepcional para que se desarrolle y fructifique, la vida cristiana no podía ser menos.

A medida que el hombre se adentra y camina hacia su madurez, la confirmación viene a fortalecer  ese germen de vida depositado el día del bautismo en el recién nacido.

La Eucaristía, signo de la comunión con Cristo y la comunidad cristiana, dará vigor y vida al cristiano en su duro peregrinar hacia la tierra de promisión. 

Cuando el cristiano cae abatido por el pecado o presa del dolor humano, la absolución de las culpas o la unción del miembro dolorido atraerá la presencia del resucitado a la orilla de su vida.

A través del matrimonio o la consagración al Señor, el cristiano se entregará a Dios y a los hermanos por toda una vida.

Esta visión panorámica  sacramental nos hace descubrir la presencia amorosa de Dios, que se nos hace presente, a través de los siete sacramentos de la Iglesia, para hacernos participes de su vida divina.

3.-  LA IGLESIA ES EL NUEVO PUEBLO DE DIOS

Hemos visto ya de qué forma actuó el Espíritu de Dios en el pueblo de Israel. Este mismo Espíritu continua su tarea en el Nuevo Testamento, en los creyentes que han aceptado a Jesucristo como el Mesías e Hijo de Dios.

El mismo Espíritu que actuó en los Apóstoles, al comienzo de la Iglesia, continúa hoy su labor entre los creyentes, formando con todos ellos el pueblo de Dios.

"Vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo adquirido por Dios, para publicar las proezas del que os llamó de las tinieblas a su maravillosa luz. Los que antes no érais pueblo, ahora sois pueblo de Dios". (1 Pe 2,9),

En la antigua ley eligió Dios a Israel como pueblo de su predilección y estableció con él un pacto de amistad que era preparación del que un día realizaría con Jesucristo.

Al llegar el Mesías, convoca un nuevo pueblo reunido en el nombre del Espíritu. Este nuevo Pueblo reunido en el nombre del Espíritu. Este nuevo Pueblo es la Iglesia que ha recibido la misión de hacer presente el amor de Dios entre los hombres.

Este pueblo de Dios queda convertido en principio de unidad, de esperanza y de salvación para todos. Tiene como meta ser para todos los creyentes luz del mundo y sal de la tierra.

Este pueblo de Dios es la nueva Iglesia, convocada y constituida por el Señor para ser signo visible o sacramento de unión de los hombres entre sí y de la humanidad con Dios.

Esta Iglesia de Jesús ha recibido el poder de comunicar a los hombres el Espíritu Santo.

Espíritu que es el alma del nuevo pueblo de Dios y que a través de la Iglesia se hace presente en los hombres.

4.- COMO OBRA EL ESPIRITU EN NOSOTROS

Como un aporte vivencial, transcribo esta reflexión del folleto "Levadura";

Desde el bautismo, empezamos todos nosotros a recibir de una manera especial, la influencia de Dios en nuestra vida.

San Pablo explicará en sus cartas cómo obra el Señor en cada uno.

Un profesor de catequesis se siente entusiasmado en su trabajo. Encuentra cada día nuevos recursos para transmitir el Evangelio. Quizás no lo advierta. Pero el "Don de Sabiduría" lo campaña.

De un obrero se dice que tiene sentido común. Para él con claras las más complicadas situaciones, les encuentra la solución adecuada. Le ha sido dado el "Don de Entendimiento".

Un profesional, un sacerdote , una madre de familia tienen en algo en común. La gente acude a ellos con su angustia, su problema, su historia dolorosa. Saben comunicar la paz, la alegría, el deseo de seguir luchando. Poseen el "Don de Consejo".

Un científico madruga cada día a su laboratorio. Hoy aísla un virus, mañana ensaya una vacuna, luego supone un antídoto, siempre con el ansia rebelde de ayudar a la humanidad. Lo mueve el "Don de Ciencia".

Un alcohólico, un drogadicto, una joven desesperada, advierte de pronto que la imagen de un Dios bueno no se ha borrado aún de su memoria. Sienten miedo de perder tanta bondad. Guiados por el Temor de Dios, emprenden el camino del regreso.

Unos esposos ven su hogar en peligro. Oran, buscan ayuda, sufren, luchan. Hasta que un día las cosas empiezan a cambiar. Es como si, de repente, todo se hubiera vuelto nuevo. Loas ha sostenido el "Don de Fortaleza".

Los integrantes de un grupo juvenil descubren la fuerza de la oración. El Señor les habla, llega a su vida, los transforma. Es el "Don de Piedad".

"Nadie puede decir; Jesús es el Señor, si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor; hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que lo obra todo en todos".

ACTIVIDADES

Preguntas para la reflexión

La Iglesia es la comunidad que transmite el Espíritu.

1.-  La Iglesia en que vivimos, nuestra comunidad. ¿será de verdad la Iglesia de Jesús?

2.- ¿Tenemos conciencia del papel que juega el Espíritu Santo en nuestras vidas?

3.-  ¿Sabríamos descifrar los signos del Espíritu Santo en cada uno de nosotros, en nuestro derredor?

4.-  ¿Estamos apoyando la construcción de una Iglesia espiritualista o la de una Iglesia comprometida con los hombres?

5.-  ¿Cuál es la Iglesia que quiso Jesucristo?

Antonio C. Hualde, "La Confirmación", Sacramentos del Espíritu, 15 Catequesis Juveniles. Colombia, 1984

*  * *

En la primera parte de esta catequesis, el Padre Hualde habla de ALMA y habla de ESPIRITU, en un mismo párrafo, dejando claro que son conceptos o acepciones distintas, diferentes en significados.

En general confundimos alma y espíritu, pero repasemos las definiciones de la RAE (Real Academia Española).

ALMA:   Principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida.

ESPIRITU:   Principio generador, carácter íntimo, esencia o sustancia de algo.