La columna de Melchora Costa Fuellis

Columnistas01 de septiembre de 2024 Melchora Costa Fuellis
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Lamentos de domingo

Los domingos me hacen sentir insignificante.
Chiquita, repleta de heridas que parecen no querer cerrarse jamás. 
Sucia, como si todos los conflictos de la semana me fueran llenando de un polvo que llena mi garganta y mi nariz.
Cansada de existir, porque otra cosa no he hecho en los días anteriores.
Rezuma de mis llagas las lágrimas que no podía derramar, las sonrisas que debía formar, las caricias que no puedo permitirme extrañar.
La soledad se abalanza hacia mi cuello y aprieta, hasta que deja de doler.
Y caigo en un vacío, en mi vacío.
Desolador.
Asfixiante.
Hasta que todo se vuelve tranquilo.
Es lunes y la rutina me obliga a volver a empezar.

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