La columna de Herman Vespa

Columnistas27 de septiembre de 2024 Herman Vespa
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Reflexiones


Cuando se escuchan ciertas encuestas normalmente favorecedoras del izquierdismo vernáculo. Adeptas al mismo además y sin el mínimo rubor por otra parte para tratar de disimular lo al menos, se comprende definitivamente cuan segada son sus conclusiones. Su absoluta falta de independencia y la manera claramente tendenciosa de intentar influir en la opinión ciudadana. Al margen de que resulte difícil de digerir que la fórmula Orsi Cosse pueda llegar a dirigir los destinos del País. Diariamente surgen escenarios que nos muestran a ambos dando pasos, que dejan en claro sus notorias falencias. Sus capacidades altamente cuestionadas y fundamentalmente sus facultades de gobierno, que realmente no aparecen como facetas fáciles de distinguir. Podemos decir que si algo dejan evidenciado sus personales administraciones, en Canelones y Montevideo respectivamente, son  los enormes déficits que de ellas surgen. El ingreso de cientos de funcionarios por simples afinidades políticas, antes que  por el elemental concurso. Lo cual es indicador indubitable de que el cuidado de los dineros públicos, a título de somero ejemplo simplemente, no es cualidad que precisamente les adorne. De ahí en más todo resulta previsible, malamente previsible digamos, al momento de suponer a ambos ejerciendo el gobierno nacional. De igual modo sus expresiones en cada acto del Frente Amplio llevado a cabo, están plagadas de contradicciones que causan el natural y lógico asombro. En ese mismo camino su casi seguro Ministerio de Economía criticaba acerbamente la proyectada reforma previsional, atendiendo a los enormes perjuicios que de resultar aprobada ocasionaría.

En todos los órdenes de la actividad, pero fundamentalmente en lo que a pasividades respecta. A sus ocasionales beneficiarios y a la economía en general. Lógicamente el economista Oddone, que de el se trata, presionado abiertamente por las mayorías radicales de la fuerza de izquierda, es decir comunistas y tupamaros, que sostenía hace escasos días dicha postura, hoy la ha variado totalmente y ha suavizado sus anteriores conceptos sobre la reforma referenciada. E incluso habla de que para solventar los inconmensurables gastos que la misma, de aprobarse originaría. se deberá recurrir al considerable aumento de la presión impositiva. Es decir lisa y llanamente suba de impuestos, que siempre afectan en grado sumo a los menos favorecidos. A los menos pudientes, a los más pobres. Si algo rescatable resulta de su cambio conceptual, referente a tema de semejante trascendencia, del aludido Economista es que la gente ahora sabe cual es la realidad de su pensamiento y las medidas a llevar a cabo, a partir de un gobierno del con glomerado izquierdista. Demostración cabal además que este cambio de paradigma implica sin más, que enormes ansias de poder. De figuración política antes que la tan mentada de gobernar de gobernar para el País y sus grandes mayorías. No decimos nada nuevo, ni nada que la gente ignore, simplemente aspiramos sirva para evitar errores generalizados. Sobre todo llegado el acto comicial de octubre.

Cuando el País define su futuro por el próximo quinquenio. Y dónde naturalmente el sufragio es el arma única, fundamental, libérrimo para la expresión de la voluntad ciudadana. En tal sentido reconocer la obra del gobierno, en todos los aspectos llevada a cabo por la coalición, parece de estricta justicia. Y a partir del reconocimiento continuar brindándole su apoyo parece, de igual modo, mas que realista postura. Aunque lógicamente el pensamiento opositor difiera y su objetivo de llegar al poder no repare en medio alguno para lograrlo. Al extremo de ir dejando al desnudo a personajes del entorno periodístico y gremial que como hongos  han pasado a integrar las listas del Frente Amplio. Haciendo que su mentada independencia no solo se torne inexistente, sino los transforma en falaces contumaces. Utilizando sus profesiones para escalar políticamente. Lo cual implica desde el inicio mismo de su nueva actividad, una total falta de credibilidad en dichos actores. Con lo cual su incipiente ingreso a la política partidaria izquierdista, adolece de una virtud esencial, la antes mencionada precisamente. De ahí que aunque reiterativos en nuestras expresiones, debamos insistir en que la gente es la que debe dilucidar el camino electoral a seguir. Por un lado la coalición gobernante plena de realizaciones y certezas. Integrada además por las divisas tradicionales y fundadoras, junto a otros partidos que hacen a la esencia del ser nacional. Por otro el opositor Frente Amplio, plagado de inseguridades, de improcedencias, de indefiniciones y con la vista fija en el aumento impositivo. Agravado ello por sus radicalizadas mayorías comunistas y tupamaras que lo hacen un partido de claras connotaciones internacionales, antes que uruguayas. Realidad indesmentible que parece lapidaria, pero que simplemente es el reflejo del actuar escenario político. Que la ciudadanía lo asimile, entienda y comprenda es harina de otro costal. Ello no es óbice para reconocer que en ella y exclusivamente en ella está el futuro de la Nación. De sus hijos. de sus nietos. En consecuencia la pública felicidad.       

Herman Vespa.  
                      

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