

Con un corazón puro llamamos a Dios Padre nuestro y decimos;
"Padre nuestro que estas en los cielos";
El amor de Dios por los hombres es inconmensurable. A los que le han dejado precipitándose en las mayores miserias les concede el perdón total de todas sus prevaricaciones y una parte tan grande en la gracia que les permite decirle:
¡Padre! Padre nuestro que estás en los cielos.
Los "cielos" significa también aquello que lleva en sí la imagen celestial, en quienes Dios reside, porque ha fijado en ellos su morada.
"Santificado sea tu nombre";
Reconozcámoslo o no, el nombre de Dios es santo por naturaleza.
Pero nuestros pecados lo han profanado según está escrito: "Sus opresores aúllan, y continuamente, dice Yavé, es blasfemado mi nombre (Isaías, 52, 5). Pedimos, pues, que su nombre sea santificado en nosotros, no que El sea santo, como si no lo hubiera sido siempre, sino que sea santificado en nosotros por el hecho de que nosotros nos santifiquemos y vivamos como los santos de Dios.
"Venga a nos el tu reino"; Sólo un corazón puro puede decir con convicción: "Venga tu reino".
Hay que haber pertenecido a la escuela de Pablo para decir; Que no reine, pues, el pecado de en nuestro cuerpo mortal (Romanos, 6, 12). Aquel que se mantiene puro en sus acciones, pensamientos y palabras puede decir a Dios: "Venga tu reino".
"Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo";
Los santos ángeles de Dios cumplen la voluntad divina. En efecto, David dice en los salmos; Bendecid a Yavé, vosotros, sus ángeles, que sois poderosos y cumplís sus ordenes" (Salmos, 102, 20).
Cuando oras de esta suerte dices en substancia; Como cumplen los ángeles del cielo tu voluntad, Señor, así sea sobre la tierra, hágase en mí tu voluntad.
"El pan nuestro de cada día dánosle hoy";
No se trata del pan común que es necesario a nuestra subsistencia, sino del pan sagrado, que debe alimentar la substancia del alma.
Este pan no está sujeto a digestión ni descomposición, sino que se difunde por todo tu ser para bien del alma y del cuerpo.
"Hoy" quiere aquí decir "todos los días"; es también lo que San Pablo piensa cuando dice: "Cada día mientras perdura el "hoy" " (Hebreos, 3, 13).
"Perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores";
Hemos cometido numerosos pecados. Faltamos en pensamientos, en palabras y en muchas de nuestras acciones, que son reprensibles.
"Si dijéramos que no tenemos pecado nos engañaríamos a nosotros mismos" (I Juan 1, 8), dice San Juan.
Cuando pedimos a Dios que perdone nuestras faltas como nosotros remitimos al prójimo nuestras deudas, hacemos un contrato con Dios.
Pensemos, pues en lo que recibimos y a qué precio; no difiramos ni rehusemos el perdonar a los demás. Las ofensas de que somos víctimas son ligeras, insignificantes y sin gravedad; por el contrario, las que hemos cometido contra Dios son graves y sólo podemos esperar el perdón de la divina caridad para con nosotros.
Ten, pues, cuidado de que no se te rehusé el perdón, de tus pecados graves cometidos contra Dios, por no haber querido perdonar insignificantes pecadillos.
¡No nos dejes caer en la tentación, Señor!
¿El Señor nos pide que oremos para dejar de ser tentados? Sin embargo, se dice en la Escritura; "El que no ha sido probado sabe muy poco" (Eccl., 34, 10). Y en otro lugar: Tened, hermanos míos, por sumo gozo veros rodeados de diversas tentaciones (Santiago, 1, 2).
Pero, ¿ser inducido a la tentación no será sinónimo en nuestro texto a ser sumergido en la tentación?
En efecto, se parece ésta a una corriente torrencial que es difícil de atravesar. Los que no sucumben a la tentación son los únicos en atravesarla: son, por decirlo así, los buenos nadadores a quienes no arrastra el torrente. Los demás, al pasarlo, se ven arrastrados.
Así por ejemplo, Judas; fue solicitado por la tentación de la avaricia, no supo atravesarla a nado y se hundió en cuerpo y alma. Pedro, por su parte, fué inducido a la tentación de renegar, pero no naufragó en definitiva, sino que acabó por alcanzar la otra orilla y verse libre de la tentación. En otro texto el coro de santos que permanecieron puros canta su reconocimiento por haber sido salvado de la tentación.
"Mas libranos del Malo";
Si, no nos dejes caer en la tentación significaba apartar toda tentación, Jesús no habría añadido: Más libranos del Malo. El Malo es el demonio y pedimos vernos libres de él.
"Amén"
Al final de esta oración del Padre Nuestro dices "Amén". Este "amén" significa "así sea", con lo que confirmas todo lo contenido en la plegaría.
GRACIAS!
NOTRE-DAME-DES-BUIS, BESANCON, Navidad 1950
CIRILO DE JERUSALEN Y CATEQUESIS MISTAGOGICA.
FUENTE: "Oraciones de los Primeros Cristianos", Selección de A. Hamman, O.F.M. e introducción de Daniel Rops. página 469 a 472,
SOBRE CIRILO DE JERUSALEN
Cirilo de Jerusalén (315-386 D.C.) fue un obispo griego y miembro destacado de la patrística.
Es venerado como santo tanto por la Iglesia católica como por la Iglesia ortodoxa. En 1883 fue declarado doctor de la Iglesia. https://es.wikipedia.org/wiki/Cirilo_de_Jerusal%C3%A9n
¿QUE SIGNIFICA MISTAGOGICO? (RAE, Real Academia Española)
Perteneciente o relativo al mistagogo.
Dicho de un discurso o de un escrito: Que pretende revelar alguna doctrina oculta o maravillosa.
MISTAGOGO (RAE, Real Academia Española)
Sacerdote que en la antigua Grecia instruía en los misterios de su religión y celebraba los ritos de iniciación.
En la Antigüedad clásica, sacerdote que iniciaba en los misterios.
Catequista que explicaba los misterios sagrados, especialmente los santos sacramentos.
UN "PADRE NUESTRO" GNOSTICO
Los primeros cristianos, aproximadamente hasta 300 D.C., eran los que hoy denominaríamos "gnósticos".
Tomando la acepción de "gnóstico" como el conocimiento del "Dios del corazón", el Dios en el alma de cada uno de nosotros, sin ponerlo a Dios afuera en el exterior, sin intermediarios, sin sacerdotes, sin catequistas, sin estructuras religiosas como una Iglesia centralizada.
No confundir con las corrientes u ordenes autodenominadas Gnósticas, creyentes en la trasfiguración del Jesucristo resucitado. Un Cristo posterior a la muerte de Jesús en la cruz, Cristo vivo, resucitado, en un plano metafísico.
Este "Padre Nuestro" mistagógico, y su explicación o interpretación por Cirilo de Jerusalén, de momento es lo mas cercano a un "Padre Nuestro" gnóstico, que hemos encontrado hasta hoy día.
Es un rezo sencillo, en un lenguaje que en su época empleaba las palabras, el verbo del hombre y mujer común, del campesino/a, del comerciante en la medina, en la calle. Palabras, textos religiosos y filosofías de vida milenarias, que no han sido ajironados, arreglados al común de hombres y mujeres de hoy, de la calle, trabajadores, empleados, comerciantes. Lamentablemente son textos que van quedando limitado su dominio a teólogos, sacerdotes, a los grandes filósofos, y así se vuelven mas inaccesibles, lejanos para el común de la gente. Lo mismo vemos hoy esta sucediendo en todas las ramas de la ciencia, donde un circulo de eruditos, se alejan o son alejados, ambas teóricas parecen válidas, del público general.
Pedro del Hum, 22 de mayo 2023



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