La taba ¿invento criollo, legado europeo o supervivencia indígena? por Daniel Vidart

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La taba ¿invento criollo, legado europeo o supervivencia indígena?

por Daniel Vidart
EL DIARIO, viernes 19 de mayo de 1995

La taba, con la cual juegan nuestros paisanos, aunque cada vez menos, entretuvo mis horas de adolescente en el medio rural. Conozco viene ese trebejo que, nacido bajo el signo del azar, se convirtió en un instrumento dócil en manos de los buenos lanzadores, o "tiradores", que así debe decirse, aunque hubo fulleros ("follis" en latín significa engañador, impostor) que las "cargaron" para contrarrestar, tramposamente, la destreza de los virtuosos.

Los "mozos sueltos" del campo oriental que comenzaron a tirar la taba a fines del siglo XVII aprendieron de sus mayores las reglas que gobernaban el manejo lúdico del hueso epónimo o juguete óseo, tal cual ha de ser llamado.

José Aguyari. Jugando a la taba. Acuarela s/papel. Provincia de Buenos Aires, 1871

Los juguetes pertenecen por igual a los jugadores infantiles y a los adultos, pero éstos, por un prurito de seriedad, se resisten a bajar de categoría, puerilizándolos, a los naipes, dados, tacos, bolas y billares, ruletas, raquetas y demás útiles empleados en los juegos de destreza, de azar o de estrategia.

Son juguetes, en consecuencia, las cartulinas y cartones impresos y coloreados del ludo, las barajas y la lotería familiar; las pelotas de todos los tamaños y consistencias; las piezas y tableros de las ramas y del ajedrez; las fichas del dominó y los múltiples artefactos propios de los juegos del continente europeo.

Entre ellos, pero con reservas, han de ser catalogados los repertorios objetuales empleados por los pueblos aborígenes de Asia, América, África y Oceanía, en actividades que fueron, y son aún ritos antes que diversiones profanas.

La taba es un hueso del tobillo situado en el remate de la bóveda formada por el tarso y el metatarso debajo de la tibia. Se apoya sobre el calcáneo y el él articula. En griego se le denomina "astrágalo" y así se le conoce en el nomenclátor osteológico de nuestro esqueleto.

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El astrágalo, "talus" en latín, "tab" o "cab" en hebreo y en árabe antiguos, taba o "carnicol" en español, cumple una función eminente en el movimiento del tobillo humano y la pata trasera de los mamíferos.

Es muy posible que sus primeros usuarios hayan sido los pueblos pastores, y no es desacertado suponer que fuera en rituales mágicos o mánticos.

Como se trata de un hueso triangular, que presenta las cuatro caras correspondientes a la tetrapartición del espacio terrestre y cósmico, según la concepción "templaría" del universo-mundo, cabe deducir que fue incorporado muy tempranamente a las operaciones ceremoniales.

Tabas

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MUY COMUN EN LA GRECIA Y ROMA CLASICAS

Las primeras referencias al juego de taba nos vienen de las culturas clásicas. Tanto los griegos como los romanos lo practicaron intensamente. La astragalomancia, la adivinación por medio de las tabas, procedió a los usos profanos de aquellas. 
Se utilizaban tabas de ovejas, de cerdos y de gacelas, aunque las había artificiales, hechas de piedra, marfil, bronce y oro.

Comúnmente no se las lanzaba sobre la tierra, como en las "canchas" de nuestros pagos, sino sobre una pequeña bandeja llamada en latín "alveus" o "tabula aleatoria". 

Se las arrojaba con la mano o por medio de un cubilete denominado torre ("pyrgos" en griego, "turrícola" en latín). Cada uno de los cuatro lados tenía un valor numérico propio: el uno, correspondiente al culo, se conocía como "el perro" ("chyon" en griego; "canis" en latín) y los otros valores eran tres, ("pranes"), propio del ombligo u hoyo; el cuatro ("yption"), que se aplicaba al lomo o panza, y el seis ("senlo" en latín, "koon" en griego) que coronaba la cara más apeticida, o sea "la suerte".

Se conocían distintas modalidades en la práctica del juego. Una figulina de Tanagra, localidad de Beocia, muestra una muchacha de pie, en el momento de arrojar una taba. 

Campesinos al fin, los beocios utilizaban la taba de los vacunos, del mismo modo que lo hacemos nosotros. Es de presumir que esta modalidad llegó a nuestra América por vía de la "baturrada" o la "manolería"; así jugarían en España los caballistas en los cortijos andaluces, los gitanos en sus caseríos y los pícaros en los corralones urbanos.

Los otros juegos de taba, más generalizados entre griegos y romanos, eran de salón. Se utilizaba la mesa y el cubilete. A veces se jugaba con cuatro tabas pequeñas que en el Río de la Plata se les denominó "plchicos", aunque la voz araucana designaba originariamente a las falanges con las cuales estribaba el indio entre los dedos, a las que se sumaban tres dados, juguetes oseos nacidos de las tabas, al igual que las perinolas.

El dado es una taba trabajada y emparejada en sus seis lados anatómicos, aunque sólo eran cuatro en los que caía para convertirla así en un cubo. Otras veces sólo se tiraban cuatro tabas: entonces se podían hacer treinta y cinco combinaciones numéricas.

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UNA ESCALERA REAL EN CIERNES

El "tractus veneris", o "Venus" a secas, obtenía el puntaje más alto: las cuatro tabas presentaban entonces ante la vista de los jugadores las caras correspondientes al uno, el tres, el cuatro y el seis. Era una escalera real en ciernes.

Los autores griegos y latinos se refirieron desde lejanos tiempos al juego con astrágalos. Homero, en la Rapsodía vigésimotercera de "La Ilíada" cuenta que el alma de Patrocinio confesó un homicidio de éste, cuando "encolerizándome en el juego de la taba, maté involuntariamente al hijo de Anfidamante".

Rodrigo Caro (1573-1647), cuyo libro "Días geniales o lúdricos (circa 1625) constituye el más formidable estudio que hasta hoy se haya escrito sobre los orígenes y árboles genealógicos de los juegos, atribuía a Platón "el descubrimiento" de la proveniencia egipcia de la taba.

Platón, en el "Fedro", no se refiere expresamente a la taba ("astrágalos") sino a los dados ("kybol"). Pero si se tiene en cuenta que los dados surgieron de las tabas, la deducción del viejo maestro español es correcta.

Platón, en el aludido fragmento del "Fedro", uno de los diálogos de juventud, pone en boca de Sócrates las siguientes palabras: 
"He oído contar, pues, que en Neucratis de Egipto, vivió uno de los antiguos dioses de allá, aquel cuya ave sagrada es la que llaman ibis, y que el nombre del mismo era Theuth. Este fue el primero que inventó los números y el cálculo, la geometría y la astronomía, a más del juego de damas y los dados, y también los caracteres de la escritura".

Theuth, Thot, "escriba de los dioses", y él mismo dios de la Sabiduría, reviste en el mito egipcio contado por Platón los caracteres de un héroe cultural, como fuera Prometeo entre los griegos. Pero en dicha mención, repito no se nombra a los astrágalos, que sin duda fueron los naturales antecesores de los dados, sino a éstos.

Sobre las tablas hablaron también el historiador Heredoto y el rival de Demóstenes, el orador Esquines, pero con las anteriores citas ya ha quedado comprobado que, si no la tierra originaria, Grecia, eslabón de una larga cadena lúdrica que viene desde muy lejos, fue un activo centro de aficionados al juego de tabas. 

Y tras Grecia vino Roma cuyo impacto cultural sobre todas las provincias de su imperio fue extraordinario; en Galicia, tierra invadida anteriormente por los celtas, no queda ni un solo toponímico en el paisaje geográfico ni una sola palabra en el léxico corriente que recuerde aquellos antecesores prehistóricos. 

Como se sabe, una de las provincias romanas, y romanizadas a fondo, fue la Hispania desde donde, muchos siglos después, por el trampolín de la conquista, saltó el juego de la taba hasta la comarcas de América.

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EN ESPAÑA SE CONVIRTIO EN DESATADO VICIO

En la Península se jugaba mucho a la taba. "No sólo era juego de muchachos -escribe Rodrigo Caro-, pero el mismo era el símbolo del entretenimiento de esta edad. También era juego de viejos".

La taba, como otros infinitos juegos, estaba incorporada a la vida de los corralones, ventas, caminos y garitos, permitidos o clandestinos, que siempre abundaron en España. Tan intensa era la actividad de los tahúres y los jugadores profesionales en la diaria tarea de desplumar a los incautos, vaciando sus bolsillos y cargándolos de deudas, que la administración real hubo de legislar en repetidas ocasiones para poner límites al desatado vicio de los timberos.

Alfonso el Sabio (1252-1284) pidió al Maestre Roldán una ley que penara duramente a los escándalos del juego, a las riñas y acuchillamientos por él generados y a los atroces insultos de los jugadores, que ofendían a los vecinos noche y día.

De tal modo se promulga en el año 1276 el "Ordenamiento en razón de las Tafurerias" por el cual se concedían permisos especiales para estableces casas públicas de juego, controladas por la corona y sometidas a muy altos aranceles impositivos.

En las cuarenta y cuatro leyes del Ordenamiento se pasa revista a los distintos juegos y se les reglamenta estrictamente. Los talladores y banqueros se llamaban "tafures", voz de disputado origen. Algunos la hacen derivar del berberisco "taurar", jugar de continuo, y otros del armenio "taphur", vagabundo, abandonado, que así se les llamó a los auxiliares armenios de los cruzados en el sitio de Antioquía. 

Como se sabe los cruzados eran impertinentes jugadores y una de sus tropas, integrada por malandrines, se dedicaba a la juerga, al saqueo y a todo tipo de exacciones. Los integrantes de esta turba fueron conocidos como los "tafures" y de aquí el nombre se extendió al área de la cristiandad europea para calificar a los fulleros y jugadores empedernidos.

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LA CONCAVIDAD DE NOMBRE DESHONESTO

El Ordenamiento de Alfonso X el Sabio no pudo contener la epidemia nacional del juego. Los abuelos de la picaresca, que cobra su mayor auge en el Siglo de Oro, transmitieron sus malas artes y vicios a una copiosa descendencia. 

La taba es uno de los juegos preferidos por los mozos descarriados y los pícaros: Mateo Alemán (Guzmán de Alfarache), Cervantes (La ilustre fregona), Quevedo (Vida del Buscón) y otros escritores cuentan que tiran la taba las mujeres y los hombres, los niños y los viejos, los hombres de mal vivir y los honestos parroquianos.

Rodrigo Caro, un erudito de gabinete y no frecuentador de garitos, según mi entender, se equivoca, también a mi juicio, al nombrar las caras del astrágalo: "cuando se juega al juego que llaman Taba, llaman carne a la que hace aquella figura OO y con ella ganan; y a la opuesta y contraria le llaman chuque, y pierden con ella; cuando la taba cae a la parte llena que tiene una concavidad la llaman con nombre deshonesto de la parte trasera sobre que nos sentamos, y a la contraria a ésta llaman barriga, por aquella hinchazón que allí muestra el hueso, y con ésta ganan, perdiendo con la contraria". 

Los españoles, al igual que los griegos y romanos, utilizaban en el juego las cuatro caras de la taba. Pero la cara de la desgracia, el funesto "perro" de otrora, el "chuque", el "azar", el "playo", como se le dijera en la península para evitar el "nombre deshonesto", equivalía sin duda al culo, tal como se le conoció en nuestras latitudes.

El juego seguirá siendo un tema eminente en la "Nueva Recopilación" promulgada por Felipe II en 1567. Se le incluye en el Libro VII, dedicado al derecho penal, donde "juegos y jugadores" figuran entre los herejes, los reconciliados, los adivinos, hechiceros y agoreros, los blasfemos de Dios, de la Virgen y del Rey, los ladrones, rufianes, vagabundos y gitanos, los judíos, moros, mudéjares y moriscos, los perjuros y falsarios, etc.

Los años no acallan la pasión nacional. En la enumeración efectuada en el Libro XII de la "Novísima Recopilación de las leyes de España", decretada por Carlos IV en 1805, se confecciona esta impresionante lista de los juegos prohibidos, entre los cuales, por cierto, figura la taba: la banca o faraón, la banca fallida, la baceta, la carteta, el sacanete, el parar, el cacho, la flor, el quince y treinta y una en idada, el birbis, oca o auca, los dados, tablas y azares, el bolillo, el trompico, palo o instrumento de hueso, maderas o metal o de otra manera que tengas encuentros, azares o reparos; taba, cubiletes, dedales, correvuela, descarga la burra, y otros de la misma especie".

No vale la pena proseguir. Ningún rioplatense bien informado puede negar que fue España la trasmisora del juego de la taba, anteriormente perfeccionado por los griegos y romanos. 

Pero aquí va la sorpresa. Un ilustre antropólogo sostuvo hace algún tiempo que la taba también es de origen indígena y se la comenzó a jugar en la cordillera de los Andes.

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LA HIPOTESIS AMERINDIA DE PAUL RIVET

Hacía el año 1925 el sabio americanista Dr. Paul Rivet echó a roda una heterodoxa opinión acerca del origen de la taba en América ("Coutumes funeraires des indiens de l´Equateur",  Actes du Congrés International d´Histoire des Religions, Paris, 1925). 

Sin descartar la difusión del juego de taba en América por parte de los españoles, sostuvo que los usos mántico-funerarios de aquella eran conocidos, antes de la conquista, por los grupos quechuaparlantes del Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina.

Advirtió además su difusión entre ciertas tribus del Chaco, los chiriguano, chané y araucanos. A ello se suma la exótica presencia de la taba entre los actuales tarahumara mexicanos, quienes la llaman "tabatci". 

En quéchua la taba se conoce con los nombres de "tauva" o "tahua". Tahua quiere decir cuatro, como cuatro eran las regiones del Tahuantisuyo y cuatro las partes del universo-mundo. 

Durante los velorios y entierros los citados indígenas del área andina juegan, ceremonialmente, con una taba de llama. La llama es un auquénido, un camélido americano, un animal autóctono en suma.

De ser así las cosas existiría un indudable paralelismo cultural entre América y Europa. Pero la discusión de este punto debe reservarse para otro momento.

Lo que interesa ahora es el juego de taba en el área del Río de la Plata. Esa será la materia de mi próxima nota.

Profesor Daniel Vidart, EL DIARIO, viernes 19 de mayo de 1995

FUENTE:  Anáforas,  Artículos en Prensa, Vidart en El Diario, https://anaforas.fic.edu.uy/jspui/handle/123456789/53456

PORTADA:  Oleo de Juan Manuel Blanes, La Taba,  https://blanes.montevideo.gub.uy/exposiciones/coleccion/la-coleccion-del-museo-blanes/pinacoteca/juan-manuel-blanes/la-taba

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SUERTE O CLAVADA

TABA. f. Juego que consiste en arrojar un hueso astrágalo de vacuno, previamente alisado por sus dos bases.

Si el hueso cae sobre sus costados, el jugador debe seguir tirando. Cuando cae y se para con la parte cóncava hacia arriba, se dice que ha hecho SUERTE, y gana, y si cae y para con la otra parte hacia arriba— que es ligeramente convexa—se dice que ha echado curo, y pierde. Cuando se tira una suerte sin que la taba ruede, se dice que la suerte es CLAVADA. La suerte hecha con la taba rodada, se llama CORRIDA. He aquí unos versos de las canchas de taba:

Ahi va el güesito, mi vida... ¡Si no es clavada es corrida!

Cuando se juega a las CLAVADAS, o sea a las suertes hechas sin que el hueso ruede, se tira sobre una cancha especialmente preparada, de barro fresco algo duro, de la que el jugador se coloca a siete pasos. Los jugadores de las canchas comunes se sitúan detrás de sendas rayas, distantes siete pasos una de otra. Si la taba cae antes de la raya opuesta, la jugada es nula, aunque no se repite y se pierde el tiro, tocándole jugar al contrario.

FUENTE:  NUEVO VOCABULARIO CAMPESINO RIOPLATENSE Juan Carlos Guarnieri MONTEVIDEO 1957

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TABA TRAMPOSA Y TABA CULERA

TABA. Hueso astrágalo de la pata de la vaca, oveja, etc., llamado carnicol en castellano.  Juego procedente de España, la que a su vez, lo heredó de los griegos. Consiste en tirar al aire una taba de vaca. Si al caer ésta queda para arriba el lado cóncavo o cara, llamado suerte, se gana, y si cae del lado opuesto, llamado culo, se pierde. Si cae de costado no hay juego.

El paisano tiene la habilidad de tirarla a regular distancia en forma de que se clave y no ruede: rodando se descubre el engaño si la taba es cargada. Mientras los jugadores apuestan a suerte o culo, como es lo regular, hay algunos que, de afuera, lo hacen a panza o lomo y hoyo, u ombligo, que son los lados de la taba. Así ganan o pierden cuando esta cae de costado, caso que no cuenta para quienes la tiran.

La taba se calza para que no pierda su forma por el uso.

Taba tramposa: hábiles personas que viven del juego y de sus trampas, cargan las tabas debajo de las calzas, por E lugar menos visible para tal picardía.

La taba se puede tirar de vuelta y media y de dos vueltas; son los tiros más fijos. El de roldana, que consiste en tirarla de manera que vaya dando muchas vueltas en el aire, girando hacia adelante y no hacia atrás como es lo corriente, carece de mérito, pues deja el resultado librado puramente a la suerte, al revés de los otros tiros en que se tienen en cuenta no sólo las vueltas que dan la ganancia sino aquellas en que el tirador puede lucirse.

Taba culera: taba cargada que da en tierra siempre con el lado deseado por el hábil tirador que la conoce. 

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FUENTE:  Vocabulario y refranero criollo (1943)  Saubidet, Tito

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CHUCA

CHUCA, n. f. Se denomina así a la partida de taba, usando por sinécdoque, el nombre de una parte por el todo. En efecto, el juego de taba, llamado así por el hueso astrágalo de vaca o novillo empleado en él, consiste en arrojar este hueso dentro de los límites marcados para colocarlo, al caer en el suelo, con la parte cóncava hacia arriba, denominada suerte. La opuesta, que hace perder la jugada, y que es saliente o convexa, se llama culo. Si la taba cae de costado, es juego nulo.

La parte lateral que presenta una fosa o hendidura, se denomina chuca. De esta expresión procede el llamar la chuca, en general, al acto de arrojar la taba.

El juego de taba es muy popular y está generalizado en toda la campaña, aunque prohibido legalmente cuando se juega por dinero, que es lo común y lo que dá máximo interés al pasatiempo, pues se cruzan fuertes apuestas; sin contar con que la destreza y habilidad de los jugadores es, a menudo, notable.

En todas las pulperías o almacenes de las zonas rurales del Uruguay, el juego de taba es común, particularmente en los días feriados en que se reúne el paisanaje de los alrededores para pasar unas horas de expansión.

Entre jugada y Jugada, circula el mate y la caña, y los jugadores y espectadores “hacen gasto” en el almacén. En épocas electorales, o en vísperas de elecciones, suele la policía hacer la vista gorda ante este juego ilícito a fin de que los partidos oficiales puedan reunir y conseguir votantes...

FUENTE:  Boletín de Filología 4-5,  Instituto de Estudios Superiores (Uruguay)

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Rodolfo Maruca Sosa en su libro NACION CHARRUA de 1957 presenta a la taba como parte de los artilugios, herramientas no de hierro, para encender fuego.

LA NACION CHARRUA Rodolfo Maruca Sosa 1957 URUGUAY_0109

https://archive.org/details/lanacioncharruarodolfomarucasosa1957uruguay/

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Taba de piedra hallada en Rincón del Bonete

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