LOS PASOS DEL RÍO NEGRO: Capitulo 31, Paso de Quinteros, la Hecatombe o Matanza de Quinteros

Historia11 de noviembre de 2023Pablo ThomassetPablo Thomasset
HecQuinteros

Continuamos nuestro viaje por las aguas del Hum, el río Negro, y llegamos al Paso de Quinteros, nombre olvidado por la historia, posiblemente ex-profeso por la oscura memoria de la patria en sus sangrientos episodios.

Paso de Quinteros (corte 29)  en el Río Negro. Plano CNEH33, Ministerio de Obras Públicas, Comisión Nacional de Estudios Hidroeléctricos, PLANIMETRIA DEL RIO NEGRO HASTA EL KM 538 MARZO 1929.

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|| PASO DE QUINTEROS, cruce Dptos. Río Negro-Durazno, KM 318

Dice Orestes Araujo en su libro del año 1900;

"Paso del Río Negro entre los departamentos de Durazno y Río Negro, entre las barras de los arroyos Tres Arboles y Rolón. Célebre paraje en la historia contemporánea del Uruguay por los desgraciados sucesos que en este paraje se desarrollaron durante los días 28 de enero y siguientes del año 1858, siendo el Presidente de la República Gabriel Pereira. Hechos denominados “La masacre de Quinteros”, o “La Hecatombe de Quinteros”, uno de tantos de nuestra terrible y sangrienta historia del Uruguay, donde lucharon a muerte hermanos contra hermanos."

¿PORQUE QUINTEROS?

El historiador Barrios Pintos nos aporta la necesaria pista;

"Y llega 1811. Y nace la revolución en los campos de Porongos. Ya no habrá tranquilidad. Todos los hombres tomarán las cañas tacuaras y le atarán las hojas de las tijeras de esquilar. No llevarán más corazas que sus pechos desnudos color bronce e irán a desafiar la muerte, porque otra palabra dicha y repetida por los campos los conduce a lo que la tierra joven siempre ha soñado: hacia la libertad."

"Allí en Porongos está Baltasar Bargas y su hermano Marcos. Los documentos lo prueban. Son paraguayos. Nadie sabe cómo llegaron hasta la capilla de Porongos. Allí tiene Baltasar, a poca distancia, su rancho donde viven su mujer y sus hijos. Lo imaginamos rudo, en su caballo. Fuerte y osado y con toda la valentía salvaje que brota de la tierra. La Junta Revolucionaria de Buenos Aires lo elogio por su bravura y dice que pertenece a esos hombres que no le tienen miedo a nada. En el brazo enérgico de Baltavargas la revolución que se levanta en los campos del Porongos pondrá toda su fé."

"Lo acompañan Bartolomé y Miguel Quinteros. Ellos son también soldados de la patria que se anuncia. Bartolomé Quinteros está vigilando el suelo oriental cuando las invasiones inglesas llegan al Plata. Su padre es Lucas Quinteros, uno de los primeros pobladores de las tierras de Porongos. Es valiente. Lleva en sí toda la reciedumbre oriental. Tiene en su corazón las palabras que han nacido en el campo. Como a Artigas, campo y cielo lo educaron en la disciplina de las soledades de los agrestes montes, en las orillas de los arroyos donde se trenzan fuertemente los árboles indígenas. Bartolomé Quinteros luchará siempre y su nombre acompañará las gestas artiguistas con el honor de los que se sienten íntimamente unidos en la sagrada tierra oriental."

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"La Mañana de Asencio", Autor: Carlos María Herrera. Óleo s/tela 3,03 x 1,92 m
Museo Nacional de Bellas Artes. “Grito de Asencio”, 28 de febrero de 1811.

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EL GRITO DE ARROYO GRANDE, 1811

"Artigas no ha llegado aún a la Patria después de haber ofrecido sus servicios en Buenos Aires. Pero eso no importa. Aquí en Arroyo Grande se pronuncia el Grito de Libertad, semejante al Grito de Asencio, al Grito de Durazno, al Grito de San Carlos..."

"La tierra que pisamos en este momento está impregnada de recuerdos. Sólo nos falta evocarlos, traerlos acá donde estamos reunidos para que vivan a pesar del tiempo transcurrido, para que vuelvan a animarse en los corazones que los han olvidado. Los Voluntarios de Porongos se han detenido acá, en la Cruz de los caminos, en donde el viejo ombú hoy desaparecido marcaba su lugar, cuando todavía no existían estelas de granito que marcaran rumbos."

"Son cien hombres. A su frente está Baltasar Bargas y Bartolomé Quinteros. Sus oficiales son Marcos Bargas y Miguel Quinteros. Acá se pronuncia el Grito de Arroyo Grande, grito de libertad, hosco y bravío que se levantaba como la voz de los campos, sin control alguno y que florecía a lo lejos de cuchilla en cuchilla. Grito que tuvo ecos en toda la tierra oriental. Grito que tenía todo el tono de la tierra gaucha impregnando de todos sus sonidos. Grito gaucho que ha de repetirse por los pajonales, en el agua pura, en el cielo sereno."

FUENTE:  Flores: Trinidad en el sesquicentenario de la fundación de Trinidad. Número 93 de la Editorial Minas. https://archive.org/download/Flores_TrinidadEnSuSesquicentenario/Flores_TrinidadEnSuSesquicentenario.pdf

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EL ESQUADRON DE RIO NEGRO, 1811

Dice el historiador duraznense Padrón Favre;

"De la importancia del aporte humano de estos pagos a las fuerzas de la Patria, da testimonio el detalle que se elevó, el 30 de Junio de 1811, a la Junta Gubernativa de Buenos Aires, respecto a las fuerzas de caballería orientales. Las fuerzas que se detallan estaban sirviendo en el Primer Sitio y días atrás habían estado presente en la jornada de Las Piedras."

El informe expresa:   “Regimiento del Yy”, con 2 escuadrones. Su comandante era el Teniente Coronel D. Pablo Pérez, y su fuerza estaba integrada por; “6 capitanes 1 Tambor 6 Thenientes 18 Cavos 6 Alferezes 231 Soldados 13 Sargentos TOTAL 262" (Sic. 260)"

“Esquadron de Río Negro”. Su comandante era el Teniente Coronel Bartolomé Quinteros y su fuerza la integraban;  “2 Capitanes 2 Tambores 2 Thenientes 17 Cavos 3 Alferezes 206 Soldados 10 Sargentos Total: 233"

FUENTE: HISTORIA DE DURAZNO,  Oscar Padron Favre, 1990, https://archive.org/download/historia-de-durazno-oscar-padron-favre-1990/HISTORIA%20DE%20DURAZNO%20Oscar%20Padron%20Favre%201990.pdf

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LUCAS QUINTEROS, 1804

Estos testimonios nos marcan que el primer Quinteros en la Banda Oriental y con tierras en las costas del río Negro, fue Lucas Quinteros; 

"Don Lucas Quinteros, nacido en la isla de Fierro de las Islas Canarias, habia llegado al Plata con las primeras familias canarias traidas por Alzäibar par fundar Montevideo y luego habia ocupado la estancia de Miguel Ignacio de la Cuadra en la costa del arroyo Maciel, cercana al arroyo Porongos, en calidad de medianero. En el censo practicado en 1804, figura él, su esposa y sus dos hijos Bartolomé y Miguel."

FUENTE:  "El nacimiento de una ciudad: Trinidad o Porongos, Celia Reyes de Viana, 1954, https://archive.org/download/el-nacimiento-de-una-ciudad-trinidad-o-porongos-1804-1904-celia-viana-de-reyes-1954-1/EL%20NACIMIENTO%20DE%20UNA%20CIUDAD%20TRINIDAD%20O%20PORONGOS%201804-1904%20Celia%20Viana%20de%20Reyes%201954%20%281%29.pdf

ALCALDE, 1795

"Uno de los más afamados de su época, Hermenegildo Ty, alias Laguna, natural de la ciudad de Montevideo y vecino de la población de Minas, hijo de padre guaraní, era jefe de una cuadrilla de bandoleros. Con posterioridad a su aprehensión por la partida del alcalde Lucas Quinteros en 1795, en las costas del Yí, el Ministerio Fiscal lo acusó de ser cuatro veces homicida, ladrón famoso, salteador de caminos, raptor, forzador de mujeres vírge¬ nes, incendiario y perjuro. Se le sentenció al suplicio de ser arrastrado a la cola de una bestia de albarda y luego a quitársele la vida en la horca por el verdugo, con soga y cordeles, llevando ligadas las manos y los pies. "

FUENTE: "El silencio y la voz : historia de la mujer en el Uruguay", Anibal Barrios Pintos, 2001

LAS TIERRAS DE LUCAS QUINTEROS

"Vicente Porcel de Peralta apoderado de José Fontizeli, vecino de la ciudad de Montevideo denunció un terreno que poseía hacía catorce años, poblado, de cinco y media a seis leguas de superficie, situado al norte del río Negro y que tenía por el costado este el arroyo Rolón, lindero con las tierras de Lucas Quinteros, por el oeste el arroyo Molles, lindero con las de Pedro F. Pérez y cuyos fondos daban a la cuchilla que divide las aguas del río Negro y al paraje llamado Averías y que concluía el terreno donde fenecen las puntas de los arroyos Rolón y Molles en la cuchilla antes expresada."

"Solicitó se le admitiera a moderada composición porque estaba en el caso previsto. por la ley 19, título 12, libro 4 de las Recopiladas para Indias y por el artículo 8 de la Real Cédula del 15 de octubre de 1754 inserto en la Real Ordenanza de Intendentes que disponía se recompensara a los denunciantes de tierras realengas y se les admitiera a moderada composición. El 5 de abril de 1810 se dio vista de esta denuncia al fiscal, el que aconsejó admitirla y librar despacho al juez más inmediato al terreno para que procediera a llevar a cabo las diligencias de información de realengo, mensura y tasación y averiguar el tiémpó que el denunciante poseía el terreno."

FUENTE:  HISTORIA ECONOMICA Y FINANCIERA, TOMO PRIMERO: TIERRAS 1734-1810,  Daniel Hugo Martins
Juan E. Pivel Devoto, 1964, https://archive.org/download/historia-economica-y-financiera-tomo-primero-tierras-1734-1810-daniel-hugo-martins/HISTORIA%20ECONOMICA%20Y%20FINANCIERA%20TOMO%20PRIMERO%20TIERRAS%201734-1810%20Daniel%20Hugo%20Martins.pdf

EL JUEZ LUCAS QUINTEROS, 1790

"Antonio Francisco Mutis, a nombre de Miguel Ignacio de la Cuadra, quien había solicitado a los oficiales reales y jueces subdelegados de tierras la compra de unas tierras situadas a sesenta leguas de la ciudad de Montevideo, desde las puntas del arroyo Flores hasta las del Caraguatá y Sierras de los indios infieles bojanes y minuanes del Caño Bravo, que desaguaban al sur del río Negro. El 25 de agosto de 1783, los oficiales reales habían dado vista de esa solicitud al fiscal Dr. Rospigliosi, el que había dispuesto que previamente se debía hacer constar la calidad de realengo del terreno y su pertenencia al fisco y luego medirse y tasarse, previo juramento de los peritos y con citación de los circunvecinos.

El 30 de noviembre de 1790, una vez obtenida la información de realengo, el juez Lucas Quinteros, acompañado del piloto agrimensor Josef Fonticeli y de los vecinos y linderos Sebastián Ribero, Pablo Ribera y Manuel Durán, inició la mensura. El terreno fue tasado a razón de 8 pesos la legua cuadrada. Las diligencias fueron evacuadas a nombre de Miguel Ignacio de la Cuadra y de Manuel Durán."

Interesante notar la mención a los indígenas "infieles" bojanes y minuanes. Infieles por no ser parte de la etnia guaraní, que la tiponomía  denomina  "tapes" a quienes acompañaron al hombre blanco, al patricio en Montevideo y al criollo después, en la pacifica población de la campaña de la Banda Oriental en el Siglo 18 (1750 a 1800).

"nuestro uruguay indigena", ESPERANZA TEJERA, Montevideo, 1973, https://archive.org/download/nuestro-uruguay-indigena-esperanza-tejera-montevideo-1973/nuestro%20uruguay%20indigena%20ESPERANZA%20TEJERA%20Montevideo%201973.pdf

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LA DENOMINADA "HECATOMBE DE QUINTEROS", 1858

Dice Arturo Scarone en "Efemerides Uruguayas. Tomo 1" del año 1956, en dos entradas en la cronología presentada;

"1858. — Comandando un pequeño grupo de revolucionarios, alzados contra el gobierno dé Gabriel A. Pereira, desembarca en las costas del Cerro el general D. César Díaz iniciando así una nueva contienda civil que tan desastrosamente habría de terminar el 1. de febrero siguiente en él Paso de Quinteros."

"1858. — Rechazado en su intento de ataque contra Montevideo, el jefe revolucionario general D. César Díaz, inicia la marcha hacia el interior del país, la que terminaría con lo que se llamó después “ Hecatombe de Quinteros”."

FUENTE:  https://archive.org/download/ArturoScarone1956EfemeridesUruguayas.Tomo1/Arturo_Scarone_-_1956_-_Efemerides_uruguayas._Tomo_1.pdf

Paso de Quinteros

Nos ilustra con mayor detalle en el relato de los hechos el historiador Anibal Barrios Pintos (1918-2011) en un resumen publicado en 1958 en un librillo sobre el Departamento de río Negro;

"A veintitrés kilómetros de Paso de las Toros, hacia el оeste; 60 km de Durazno; 70 o setenta km y pocos más, de Guichón y de Trinidad, sobre el Rio Negro, facilitando el tránsito entre los territorios de Río Negro y Durazno, entre las barras de los arroyos Tres Arboles y Rolón, al este y оeste respectivamente, está el memorable Paso de Quinteros, Memorable desde la jornada del 1° al 6 de febrero de 1858.

En una de las tantas guerras civiles que hasta 1910 encendiase a veces porque si—, en el territorio de la República. Durante el segundo año de la presidencia de Don Gabriel Antonio Pereira por aquellos días poco de desaparecida de Montevideo la temible fiebre amarilla. Odio, rencor y revancha, terciaron en la desgraciada síntesis sangrienta de Quinteros. Escarmiento que по fué escarmiento. Crimen que no puede tildarse de tal. Ya que la pasión, exacerbada por distintos factores, obró por sí misma, enceguecida y fatal, como en el juego de la alta tragedia griega.

A un siglo de distancia de los acontecimientos, nuestra misión de espectadores de la lejanía, no puede ser otra que comprender y deplorar. Y deplorando y comprendiendo trazamos estas líneas sobre uno de los hechos que más sacudió el cimiento sentimental del pueblo. Pueblo endurecido en las revoluciones, pero que sintió la llamada “Hecatombe de Quinteros” en carne propia.

Los blancos y los colorados, hermanados en el inmenso dolor de aquel gigantesco е incomprensible malentendido."

RECAPITULACIÓN, 1855

"Los señores generales Venancio Flores y Manuel Oribe, а fines de 1855, visitaron una mañana а Don Gabriel Antonio Pereira, en la quinta a la que se habías retirado desde hacía años, para pedirle que se prestara a ser candidato а la Presidencia. Así lo declara el señor Pereira en sus “Apuntes”, que dieron motivo a la “Correspondencia Confidencial y Política del Sr. D. Gabriel Antonio Pereira (Montevideo, 1900), en la página 584, del tomo VI. 

Pereira aceptó y confió a uno de los escritores de más boga por aquellos días el doctor Alejandro Magariños Cervantes, la redacción de su programa político para el coma de ses designado para aquel cargo por la Asamblea General. Resultó, efectivamente, electo. El resultado de las votaciones le fue favorable y era el momento de poner en ejecución aquel vasto plan de conducta política en que afirmaba que, а su entender, mande quien mande, la mitad del pueblo oriental no puede ni debe tener пі conservar en eterna tutela a la otra mitad.

Estaba, pues, en La presidencia de la República un hombre que había actuado largamente en la vida pública: soldado de la patria cuando la lucha de Artigas; uno de los caballeros orientales del 23: firmante de la declaración de la Independencia; miembro de la legislatura provincial presidente de la misma; constituyente del 30, ministro: vicepresidente de la República en ejercicio del Poder Ejecutivo en 1838 y 1839. Tenía el señor Pereira unos sesenta años cuando asumió la primera magistratura.

El historiador uruguayo Don Juan E. Pivel Devoto, en su obra “Historia de los Partidos Políticos” (tomo 1, página 301) dice que Pereira buscaba, indudablemente crear un centro de оріпіoп poderoso que fuera el sostén de su gobierno у un aliado que le ayudase a tonificar el sentimiento nacionalista disminuido о desconocido por la frecuencia de las intervenciones extrañas en nuestro destino político. Asumió рага eso una amplia actitud de concordia. A los pocos días de instalarse en el Gobierno creó un consejo consultivo integrado por figuras de relieve de los diversos partidos.

En la política internacional, su sentido nacionalista le inspiró oportunas soluciones, por ejemplo, en octubre de 1856, al darle a Andrés Lamas las instrucciones para modificar los artículos del tratado de alianza, que aseguraban la intervención armada, Pereira по se opuso a que el Brasil y las Provincias Unidas garantizasen nuestra independencia, siempre que fuera por vía directa, en tratados bilaterales соп el Uruguay. у по prescindiendo de éste, como habían intentado hacerlo.

MUERTE DEL BRIGADIER GENERAL MANUEL ORIBE, 1857

"En su quinta el Miguelete, en Montevideo, el 10 de noviembre de 1857, falleció el señor brigadier general Don Manuel Oribe. Era la figura que llamaríamos del equilibrio en aquellos momentos.

La llegada de Flores a Montevideo y otros acontecimientos fueron caldeando los ánimos. Por todas partes se anunciaba la conmoción interna. Nadie confiaba en el mantenimiento de la paz pública. Y, efectivamente, el primero en levantarse, al frente de casi un centenar de hombres, fue el coronel Brigido Silveira, sublevado en el actual departamento de Lavalleja, paralelo a un plan de conspiración en Montevideo, Flores va а Entre Ríos, con evidentes propósitos subversivos y la revuelta cunde por campaña.

No obstante, el gobierno puede, el 1° de enero de 1858, abogar la revolución. Un decreto de declaratoria de reos de lesa patria para Silveira y sus adlateres quiso poner la rubrica а aquel triunfo invocando las razones de la par pública, una de las primeras necesidades del Estado, el decreto, firmado por Pereira y su ministro de guerra, general Don Andres A. Gómez, ordenaba a las autoridades civiles y militares de la República que lograran aprehender а los mencionados, procedieran a juzgarlos con brevedad у pronta aplicación de la ley. Este fué el primer peldaño para lo que ocurrió en el paso de Quinteros

El 6, Сésar Díaz, que estaba desterrado en Buenos Aires por orden de Pereira desembarca ante los ojos del Gobierno, en la costa del Cerro de Montevideo, en el llamado “muelle Lafone", uniéndose-le cerca de mil hombres que pertenecían a los dispersos de Silveira y otros caudillos sublevados. En el ínterin, habiendo abandonado el doctor Joaquin Requena el ministerio de Gobierno y Relaciones Exteriores, es sustituido por el doctor Antonio de las Carreras, joven lleno de energía. con menos edad que la requerida por el precepto constitucional para ocupar dicho cargo y con una adhesión inquebrantable a los principios del orden.

El general César Díaz, uno de los 33, héroe de Caseros, cuando іа caída del tirano Rosas, desembarcó en Montevideo convencido de que el plan subversivo tramado en la ciudad estaba aún en pie. Es necesario dejar constancia de que esta revolución no ега entre los partidos blanco y colorado.

Ninguno de los partidos gobernaba, el gobierno estaba desempeñado por el jefe del Partido Nacional o Fusionista, Don Gabriel Antonio Pereira. César Díaz representaba al partido Conservador, fracción del Colorado.

El estado de ánimo de quienes intentaban voltear al Gobierno de Pereira puede medirse рог el tono de los escritos que se intercambiaban los hombres de aquel tiempo.

El 20 de aquel mismo mes, el general César Diaz, entre otras cosas, dice en una carta a Don Tomás Gomensoro que "es preciso extirpar a esa raza maldita", que más de una vez ha entregado el País al extranjero, “y que si han tenido y tienen patria la deben a nosotros”

En otro párrafo, textualmente, afirma: “Es preciso que corra sangre porque ella es necesaria para sellar la revolución, y hasta es normal que no se demore el castigo de los criminales; que nos degollarían a todos sí pudieran, —serenidad amigo y mano de fierro con esa canalla Fusile usted a todo el que no quiera plegarse а nuestras ideas; а todo el que no quiera aceptar las tradiciones gloriosas de la Defensa —derribe Ud. de una vez los obstáculos que se nos presenten ahora y los que puedan presentársenos más adelante. Yo acepto la responsabilidad de todo. Para todo lo autorizo” (Justo Maeso, “La Ultima de las Rebeliones de la República Oriental”, páginas 56-57. Montevideo, 1858).

LA MATANZA EN QUINTEROS

"No obstante, la revolución fué vencida. El gobierno estaba dispuesto а sucumbir antes que entregarse. La lucha ета а muerte. Iba a tocarle al general Anacleto Medina terminar con el alzamiento en el celebérrimo paso de Quinteros sobre territorio de Río Negro, el 29 de enero de aquel trágico 1858.

Не aquí unos fragmentos de los partes elevados al gobierno el mismo 28 y el 2 de febrero por el jefe vencedor. “Hemos triunfado completamente, pues el ejército rebelde que logramos alcanzar, todo se ha sometido, ha entregado sus armas, pertrechos y bagajes...” *.

"Seguían estas fuerzas (las del gobierno) рог la margen derecha del río a gran galope, arrollando cuanto se presentaba a su frente, y al remontar las cuchillas y disponer un ataque simultáneo con dichas fuerzas (las revolucionarias) apareció en el Paso un parlamentario de los rebeldes. Lo mandé recibir por el teniente coronel Don Geremias Olivera, segundo jefe del Estado Mayor, cuyo Parlamento ofrecía el sometimiento completo de los rebeldes y la rendición de sus armas, lo que acepté por evitar la efusión de sangre...”

Dice el historiador Pivel Devoto, en su libro “Historia de los Partidos”, (tomo 1), que esta versión del sometimiento incondicional de los vencidos estaría confirmada por Vicente Garzón, uno de los prisioneros, quien al escribir a su madre, expresaba: “Hemos sido rendidos por la incapacidad de nuestro general; el enemigo ha sido muy generoso con nosotros, Lasala me ha sacado de entre los prisioneros y me tiene а su lado,”

El 30, antes de que llegara a Montevideo el primero de los partes del general Medina, —sigue diciendo Pivel Devoto—, el gobierno expidió un decreto por el cual, en cumplimiento de lo dispuesto en el del 1° del mismo mes, se declaraba reos de lesa patria а todos los jefes y oficiales que se hubieran hallado en la revolución o se prestaren a ella, resolviendo oficiar al Jefe del Ejército Nacional “para que haga pasar por las armas а los generales y jefes que aprehenda hasta la clase de coronel inclusive y que desde la de teniente coronel hasta la de alférez sean quintados para sufrir la última pena.”

En las páginas 435/6 de la “Historia del Uruguay”, de Eduardo Acevedo (Montevideo, 1922) se lée, acerca de una nueva nota que dirigiera el ministerio de la Guerra al general Medina, que se había resuelto que quedara “subsistente el acuerdo comunicado соп fecha 30 del ppdo, en la parte relativa a los generales y coroneles tomados, que debían ser pasados por las armas inmediatamente y sin efecto la parte relativa а la quinta de comandante a alférez inclusive, los cuales serán exentos de esa disposición, sin perjuicio del castigo que el Gobierno creyera deber aplicarles; y en cuanto a aquellos que se hubieran distinguido роr robos, violaciones, asesinatos u otros delitos de esta clase, sean pasados por las armas a la par de los generales y coroneles ya mencionados".

LOS SENTIMIENTOS GENEROSOS

"De inmediato, las señoras de la Comisión de Beneficencia el ministro del Brasil Don  José М. Amaral y el representante diplomático argentino Don Francisco Pico solicitaron del Presidente el perdón рага los vencidos. El resto de la opinión solamente hablaba de “escarmiento” y “castigo ejemplar”.

En esos momentos comenzó a mencionarse la tan discutida “capitulación” que se dice hubo entre los vencidos y dos vencedores. El propio general César Diaz habla de ella en carta que dirige a su mujer, en la que expresaba: “Mi Pepa querida: después de extraordinarios esfuerzos para sostener la campaña, nos hemos visto ayer obligados a capitular. El general Medina ha garantido a todos los oficiales y soldados que me acompañaban; у en cuanto а mi y los demás jefes, nos ha dado un pasaporte para marchar а la frontera del Brasil bajo una escolta de las fuerzas а su mando. Esto ha sido pactado antes de deponer las armas, y tengo en mi bolsillo el expresado pasaporte, mas según lo convenido debíamos haber salido ayer mismo para nuestro destino. Hasta hoy estamos detenidos. No me figuro que el general Medina sea capaz de violar un convenio celebrado con todas las formalidades de la guerra; pero no puedo sin embargo hablar con seguridad de mi futura suerte” . Etcétera.

El ministro Antonio de las Carreras, en conocimiento de todo ésto, y no obstante el silencio del vencedor al respecto, redactó una orden para el general Medina, que firmó Pereira, en que se hacia saber que atentas las circunstancias que se decía habían mediado en la rendición de los rebeldes y que recién el Gobierno conocía, se le ordenaba la suspensión de las ejecuciones.”

SIMULTANEIDAD

"Simultáneamente con la nota del ministro de Gobierno, el de Guerra, general Don Andrés А. Gómez, atento al desagrado con que "la calle” recibió la noticia del indulto, despachó a su ver una nota al general Medina, expresándole que “a pesar las ordenes posteriores al acuerdo que se le remitió debía proceder а la ejecución de los rebeldes que comprende el acuerdo del Gobierno de 30 del ppdo., que por segunda vez se le adjunta a V.S. previendo-le a V.S., que deben ser inmediatamente fusilados cualesquiera que hayan sido las condiciones en que cayeron en su poder.”

Todas estas órdenes llegaron tarde a su destino.

Los prisioneros habían sido ejecutados. Lo fueron el martes 2 de lebrero de 1858, сoп número de setenta. De 383, se indultó a 313. Los generales César Díaz y Manuel Freire, los coroneles Francisco Tajes y Eulalio Martínez, los de menor graduación Don Esteban Sacarello, Juan J. Poyo, Eugenio Abella y otros oficiales, además de un centenar de hombres de tropa en el trayecto hasta Montevideo, fueron cayendo tras los estampidos de los pelotones de fusilamiento.

Parece ser que la carta, así como el pasaporte del general César Díaz eran apócrifos. Parece ser que no hubo capitulación formal. Aunque, por otra parte, todo aquello по fué otra cosa que una horrenda carnicería decretada a conciencia por el Gobierno para escarmiento de quienes deseaban su caída."

SU FILIACIÓN PARTIDARIA

"Para quienes atribuyeron a uno u otro Partido político la responsabilidad de la tremenda hecatombe, han quedado las palabras de Don Juan José de Herrera, en carta que el 23 de marzo de aquel trágico año dirigiera a Don Andrés Lamas: “Ni el partido blanco ha sido el ejecutor de Quinteros, ni el partido colorado ha sido el ejecutado.”

“Los ejecutores de la justicia —agregaba—, hemos sido nosotros, los que no somos пі blancos пі colorados; tan sólo nosotros, los que cerramos la puerta el 19 de noviembre а los que decorados con un trapo colorado pretendieron sасаг del sangriento osario de la lucha fratricida al esqueleto odioso de la guerra civil.”

FUENTE:  RIO NEGRO EN EL CENTENARIO DE FRAY BENTOS, Anibal Barrios Pintos, 1958, Volumen N°98 TOMO XXIII, https://archive.org/download/rio-negro-centenario-fb-version-resumida/Rio-Negro-Centenario-FB-Version-Resumida.pdf

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Ilustración tomada de; "La hecatombe de Quinteros" 1858 Uruguay, 033 . Uruguay, https://contenidoseducativosdigitales.edu.uy/files/033-la-hecatombe-de-quinteros.pdf

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OTRAS VERSIONES

Internet nos permite encontrar fuentes, documentos, libros que no están disponibles en las bibliotecas de nuestro país, mostrando otras miradas o visiones sobre los mismos hechos.

¿INICIATIVA DEL MINISTRO CARRERAS?

"El presidente de la República Oriental cuando Quinteros era el señor Pereira, hombre anciano y débil ; el que ordenó aquella masacre fué su ministro el Dr. Carreras, á quien el autor conoció en el Paraguay."

FUENTE:  "Siete años de aventuras en el Paraguay", por Masterman, George Frederick, 1870, https://archive.org/download/sieteaosdeaven00mast/sieteaosdeaven00mast.pdf

¿INICIATIVA DEL CORONEL LASALA?

"El 39 de Enero de 1858 llegó 4 Montevideo el parte del general Medina de haber capitulado las fuerzas del general Díaz; junto con él venía una carta del coronel Lasala, en que le decía A Carreras: « que era preciso fusilar á los principales jefes, pues tales eran los « deseos de todo el ejército, y que si esto no se hacía, peligraba que « Olid Burgueño y otros los asesinasen, manchando con este acto « á todos los que habían tomado parte en el sosten del Gobierno « legal», « Carreras tomó sobre sí tamaño encargo y ese día arrancó de Pereira el decreto de muerte."

FUENTE: LA REVOLUCIÓN DE 1857 Y LA HECATOMBRE DE QUINTEROS, Primera Parte, 1866, https://archive.org/download/la-revolucion-de-1857-y-la-hecatombre-de-quinteros-primera-parte-1866/LA%20REVOLUCION%20DE%201857%20Y%20LA%20HECATOMBRE%20DE%20QUINTEROS%20Primera%20Parte%201866.pdf

¿INICIATIVA DEL MINISTRO GOMEZ?

"La “Hecatombe de Quinteros" finalizó la revolución de 1858 y causó una gran consternación en la población; se dijo que el general Medina violó el derecho de gentes y la capitulación mediante la cual se rindieron los revolucionarios. El episodio se discutió mucho por los partidos tradicionales. El Ministro de Relaciones Exteriores Antonio de las Carreras desmintió que hubiese capitulación al notificar a los representantes diplomáticos extranjeros que la rendición había sido sin condiciones. Posteriormente hubo una orden del Presidente Pereira de no fusilar a nadie, y otra simultánea del Ministro de Guerra, Andrés Gómez para hacerlo de inmediato."

FUENTE:   BREVE HISTORIA DEL URUGUAY N°14, "La política de fusión después de la Guerra Grande", Maria Luis Coolighan, Juan José Arteaga, La Mañana, 1989, https://archive.org/download/breve-historia-del-uruguay-14-la-politica-de-fusion-la-manana/BREVE%20HISTORIA%20DEL%20URUGUAY%2014%20La%20Politica%20de%20Fusi%C3%B3n%20-%20La%20Ma%C3%B1ana.pdf

EJECUTADOS  EN  "SAN BORJA" DURAZNO

"Es un error histórico referirse a la "bárbara hecatombe de Quinteros", -como la caracterizara el General Flores en su programa del 20 de abril de 1863-, si con esa expresión se está determinando el sitio “donde dio comienzo el fusilamiento de prisioneros por orden del gobierno de Pereyra. La orden fue dada el 30 de enero, y conducida por el Capitán José García llegó el 1ro de febrero a Durazno.

Según las versiones recogidas por Nicolás Granada en el lugar de los hechos, luego difundidas en febrero de 1884 en las páginas de "La Ilustración Uruguaya", ese mismo día,a 2 leguas hacia el este del lugar donde se hallaba antiguamente el pueblo de San Borja, o para precisarlo mejor a 1 legua y media de Durazno, fueron fusilados los Generales César Díaz, héroe de Caseros, Manuel Freyre, uno de los libertadores de 1825 y los Coroneles Francisco Tajes y Eulalio Martínez."

FUENTE:  PAYSANDU EN ESCORZO HISTORICO, Anibal Barrios Pintos, 1979, https://archive.org/download/paysandu-en-escorzo-historico-anibal-barrios-pintos-1979/PAYSANDU%20EN%20ESCORZO%20HISTORICO%20Anibal%20Barrios%20Pintos%201979.pdf

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Arroyo Rolón, BRAZO DEL ROLON (Banda Norte, Dpto. Río Negro), KM 314

Dice Orestes Araujo;  "Rolón. — Arroyo de. — Dpto. del Río Negro. Nace del flanco oriental de la cuchilla de Navarro y el ramal de ésta que divide aguas al arroyo Tres Arboles por la derecha y Rolón por la izquierda; corre en general hacia el S. y se rinde al río Negro entre los pasos de Quinteros y de Baigorri. Es límite, en todo su desarrollo, de las secciones judiciales 5ta y 6ta."

ALTO FONDO DE ROLON, KM 313

De estos altos fondos que vemos mencionando al recorrer el rio Negro, solo nos quedan los nombres tal la carta estudiada (CNEH33, Ministerio de Obras Públicas, Comisión Nacional de Estudios Hidroeléctricos, PLANIMETRIA DEL RIO NEGRO HASTA EL KM 538 MARZO 1929).

Al prácticamente no existir navegación en el río Negro, y estar los niveles de los embalses muy por encima de los lechos de los altos fondos, quedaron en el olvido.

 ALTO FONDO DE LA CHATA, KM 309

El nombre "de la chata" podría indicar que allí mismo en el alto fondo quedo varado el casco de una chata, dando nombre al paraje y al alto fondo.

Una "chata" es una embarcación de río, o empleadas en la costa del mar en los puertos. De fondo llano, de poco calado, son capaces admitir cargas importantes. Pueden ser autopropulsadas, o remolcadas por remolcadores.

IZQUIERDA: Embarcación chata "La Linda" para acarreo de arena y áridos en la Obra del río Negro (Rincón del Bonete)
DERECHA: remolcador ya re-bautizado Don Pancho, operador por LA RIONE (1943-1949)

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