Columnistas Melchora Costa Fuellis 07 de julio de 2024

La columna de Melchora Costa Fuellis

Levanten la mano y escriban lo que sienten

Los jóvenes escribimos, pero el por qué escribimos tanto es una pregunta que me hago mucho en este último tiempo.
Los grandes que hoy escriben, escribieron de jóvenes en su tiempo.

No tengo cómo fundamentar una respuesta, pero creo que existe en la adolescencia el deseo de que la voz se escuche fuerte y clara.
El mero hecho de ser joven representa revolución, entrega, ganas de más y ganas de conocernos.

Las letras nos brindan esos espacios, esos huecos en los que el ser puede decir lo que quiera, o incluso no decir nada, sin que el mundo nos suprima.

En Uruguay los jóvenes escriben y también escriben para otros jóvenes.
Pero sobre todas las cosas, escribimos para nosotros mismos. Por el placer que nos genera el encontrar un lugar de refugio en el caos.

A fin de cuentas la adolescencia se trata de eso, de encontrar nuestro lugar en el mundo y en nosotros mismos. De aprender a gritar con todas nuestras fuerzas y a pelear con uñas y dientes por lo que queremos.
Cuando era niña sentía que no encajaba, aún hoy lo siento, pero las páginas en blanco me encontraron y me acunaron, como les pasa a tantos otros.

Los adolescentes escriben porque no nos dejan gritar y es la única forma que encuentran para darse una voz qué les es negada en su casa, en su lugar de estudio o en su grupo más cercano.
Escriben por que nadie les enseña que sentir es válido, que abrazarse fuerte no es de cobardes y que estar desbordados de emociones es lo más sano cuándo no se sabe quien uno es.

Por eso les pido, desde la voz de la chica sentada en un banco que alguna vez fui, que si en una clase de literatura les preguntan si alguno escribe, no tengan miedo en levantar la mano, porque en silencio todos escribimos, justamente, por el miedo que nos da levantar la mano.
Levanten la mano y escriban lo que sienten, sin miedo, con las ideas bien puestas.