La columna de Herman Vespa
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Siempre es bueno traer a la memoria y sobre todo escribirlo, como lo estamos haciendo, dichos, hechos, eventos que se prometieron y lógicamente se llevaron a cabo. Muchos recordarán, otros, tal vez, pequen de olvidadizos voluntarios, pero a nadie escapa que apenas asumido este gobierno surgió la pandemia que azotó al mundo entero y a la que nuestro pequeño Uruguay, inmerso en él no pudo escapar. Al margen de los compatriotas que perdieron sus vidas ante semejante flagelo, se vivieron épocas jamás conocidas y el miedo, temor y la indefinida angustia fueron ciertamente parte dolorosa de la ciudadanía. Integrantes impensados de su vida diaria, parte indisolublemente ligada a ella. Ante tamaña plaga casi, no faltaron las voces airadas, en ocasiones despiadadamente tenebrosas. De una oposición pidiendo, o más claramente exigiendo una cuarentena total. Un cese de actividades total, absoluto, generalizado, con la significación que medida semejante ocasionaría al País. Con sus nefastas consecuencias en todos los aspectos inherentes a la vida de los compatriotas. El gobierno hizo oídos sordos a tamaña barbaridad y optó por su muy personal y mundialmente valorada Libertad responsable, Basada en tal postura se procedió , y ese proceder novedoso, exclusivo, posibilitó afrontar las circunstancias con real eficacia, y evitar el caos que los enemigos del País pronosticaban. Y en base a esa odiosa premisa actuaron durante los dos largos años del Covid. Todo el izquierdismo vernáculo, sin excepción de especie alguna, incluido el propio Sindicato Médico presidido por la Dra. Zaida Arteta. A la cual los informativos televisivos de aquel oscuro período, daban espacio diario para transformarla en la voz oficial del caos, del desencuentro. Sembradora plenamente conciente del miedo, pero fundamentalmente y esto hay que decirlo con todas las letras, de la desesperanza. De la más brutal desesperanza, echada a correr por una profesional de la Medicina precisamente. Cuya carrera se hizo, se llevó a cabo, se concretó en el País de su nacencia. Gracias a que todos los uruguayos, incluido este aprendiz de escriba, oblamos rigurosamente nuestros impuestos. Tal vez la mencionada profesional, como tantos de sus pares lo ignoran o deliberadamente no lo reconocen. Nada fue óbice para que fuera una de las tantas voces, esta sí muy especial sin duda, surgidas en aquella nefasta pandemia, enemigas acérrimas de la Nación indudablemente. Del gobierno, de su accionar, demostración acabada de espíritus enfermos de odio, de resentimiento y de un antipatriotismo que realmente subleva. A pesar de su investidura universitaria, en la Universidad precisamente que fundara Manuel Oribe y dónde evidentemente a ella como a sus colegas no se les enseño entre otras cosas, a querer su tierra. Y seguramente tampoco a conocer quien fue el creador de la Casa de Estudios dónde pudieron efectivizar su carrera. Cosas que pasan sin duda. A cuento de qué viene todo lo dicho, se preguntará el benevolente lector y respondemos. Cuando este gobierno, electo libérrimamente por el mayoritario voto ciudadano, asumió, hubo quienes desde sus nefastas ideologías salieron a vociferar públicamente su convicción de “ hacerle la vida imposible al mismo “ Frase que pareciera surgida de mentes obnubiladas, cegadas por el odio minimizante, pero reales, existentes en este querido Uruguay. Y si por si acaso esto también se olvidó, les recordamos que tan enfermiza expresión de deseo además, surgió de los siempre desubicados dirigentes del comunista Pit Cnt. Los mismos que hoy, fieles a sus antinacionales ideologías, pretenden el caos en el sistema de Seguridad Social, de aprobarse su planteada reforma. Algo más Fenapes, es decir la Federación de Profesores llevó a cabo un paro por cuarenta y ocho horas. Que incluso y transgrediendo claras disposiciones legales incluyó la ocupación de cinco Liceos. Su copamiento lisa y llanamente. Un paro netamente político, absolutamente político agregamos, llevado a cabo sin miramiento alguno y cuando faltan escasos días para el acto comicial del 27 de octubre próximo. Un paro indisimuladamente llevada a cabo contra el gobierno, y consecuentemente en directo apoyo al conglomerado izquierdista. Es decir aquello de · hacerle la vida imposible al gobierno “ llevado a cabo con creces, cumplido a rajatabla. Sin tener la mínima consideración por el alumnado, el mismo al que hipócritamente y con todo desparpajo dicen defender. Y hasta faltando, reiteramos, pocos días para acto tan transcendente para la vida nacional, siguen sembrando daño demostrando su verdadera faz “ docente “. Cómo los ha enfermado la ideología, y sobre todo a profesores, que muy poco valor asignan a su apostolado. A qué extremo han politizado su sagrada profesión. Cómo han desmerecido la superior virtud de enseñar. Y sobre todo durante cuántos años han venido utilizando su cátedra para adoctrinar, para enfermar las juveniles mentes uruguayas. Introduciendo en ellas el odioso comunismo. El mismo cuya historia exhibe la más grande tragedia humana, más de cien millones de muertos en todos los países del orbe. Más de cien millones de personas asesinadas por los adoradores de Marx, Lenin, Stalin. Por eso y mucho más cuando la gente deba votar, optar por el gobierno del próximo quinquenio quizás tenga en cuenta antecedentes que hacen del Frente Amplio el partido político cuya apoyatura a todos estos dislates, lo transforman en absolutamente ajeno a nuestras auténticas tradiciones. Y muy alejado del patriotismo que los orientales exhibimos cual escudo inviolable.
Herman Vespa
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