SARA DE IBAÑEZ: "Pasión y Muerte de Luz"

Cultura 26 de julio de 2023
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"PASION Y MUERTE DE LA LUZ"

Canto I

Нierba di tú mi signo y mi tormenta.
Modélate en mi voz, grano de trigo.
Liberta en oro y aire al enemigo
que el más secreto pez de sangre enfrenta.

Monstruo de miel cerrada me alimenta
y la inconclusa flor crece conmigo.
Esperando la muerte sin testigo
tocar los huesos de la luz intenta.

Tradúceme esta llaga sin salida,
escritura del mar o movimiento
de cristalinos gajos en huida.

Asume, zarza, el pálido lamento.
Y tú, rosa del agua, distraída,
desmenuza este rostro por el viento.

Canto  II

Con un caballo de orgullosa espuma
a donde el mar levanta su destino,
que al arqueado relámpago del lino
el rizo amargo de la perla suma,

Sin que el cielo la boca me consuma,
sin regresar al manantial marino,
prisionero en la nieve, mi camino, 
o destrenzado en sollozante bruma.

Con la seguridad de las espinas
y el limpio arrojo con que el pez dispara
su quemadura en las desiertas minas,

impune al largo viento doy la cara,
cargado de azahares y colinas el pecho
que me acerca y me separa,


Canto  III

Alrededor del arce y del romero.
Sobre espuma de linos у zorzales,
Por un rizado aliento de corales.
Cercando el resplandor del duraznero.

Sobre el polo del cuarzo prisionero,
Sufriendo nieblas de floridas sales
y repentino golpe de panales,
en las alturas de la queja, espero.

El caracol de tierna boca, herido,
no elude el riesgo que a su nácar tiende
por la espesura de la mar mi oído.

Quebrada está la luz que me pretende.
Mi sangre, por su pecho sorprendido,
larga semilla del temblor, asciende,


Canto  IV

En el principio del sollozo era.
Ya de perfil el ángel que se vuelve,
en brecha la fisura se resuelve,
desobedece el pan y el mar no espera,

Comienza a amanecer la calavera,
Su duro nardo en el trigal revuelve
y una quebrada máscara la envuelve
con tranquilo rigor en su frontera.

En la corona de los aires,
tierno y a la diestra de pájaros dormidos,
el descuidado pie toca el invierno.

Se apartan los cereales divididos
y entran los ojos en tenaz gobierno
a la altura animal del ciervo heridos,


Canto   V

Supe que por la vid ascendería
la niebla indestructible que me enlaza
y que a mis dedos la secreta caza
por lastimadas selvas llegaría.

Vi donde el llanto sus abejas cría
y el temblor con que el grillo se acoraza,
la estrella que la boca me embaraza,
y el caprichoso mar que me desvía,

Entró en la muchedumbre de mis venas
la brasa gris que por los cardos viaja
y organiza el sabor de las arenas.

Me vi nacer donde la avena cuaja,
pensada por cristales y azucenas
la geometría que en mi piel se aja.


Canto  VI

Con la primera llaga del narciso,
los huesos del becerro y las orugas,
entre partos de miel y ásperas fugas
cayó mi frente cuando el rayo quiso.


Combó la dulce muerte el pecho liso,
su blando imán movía a las tortugas,
y preparaba gérmenes y arrugas
cuando quemó mi voz el brusco aviso,

Acacia desvaída entre las nubes:
con la amarilla sangre derramada,
por un costado de la noche subes. 

Contigo, desde el mar, enamorada
una tranquila curva de querubes
vuelve a llamar en mi paloma anclada. 

Canto VII

Acuérdate del rostro de la rosa,
de su rígida miel entrando al frío,
del paso frágil que se oyó en estío
cuando curva su luz la mariposa.

Enciérrate en tu lámpara copiosa,
que no podrás abrir la sal del pío ·
ni ceñirte los ojos con un río
para enmendar tu piedra rumorosa.

Sobre el nardo vendrá ceniza y oro;
sobre la miel la mano, tierra y heno,
el crecimiento del mortal tesoro.

Aparta de tu boca el rubio сiепо,
Sellada está la limpidez del coro
y prohibidos la garza y el veneno,

Canto  VIII

Mi entraña mereció, panal mestizo,
la incorruptible ley de tu voluta.
En cada nervio de clavel o fruta
un embozado arroyo de granizo,

La abeja por mi sangre se deshizo.
Vi las raíces de tu isla enjuta,
y el atisbo tenaz de la cicuta
mezcló a tu piel su aroma fronterizo.

Tiendo la mano para recogerla
y el lento cáliz de una llaga fría
estanca el iris de tu simple perla.

Me ciño a su enlutada melodía
quemándome sin fin por retenerla
en el doble rumor de mi agonía,

Yo te sentí, paloma, en las mejillas
recién salidas del manzano alerta.
Tu cauto pico me encontró despierta
deletreando arenales y gramillas.

Jugaba un aire enano en mis rodillas
cuando tu anunciación pasó mi puerta,
Liviano amanecer, mi frente abierta
sufrió la voluntad de las semillas.


Canto  IX

Yo te sentí, paloma, en las mejillas
recién salida del manzano alerta.
Tu cauto pico me encontró despierta
deletreando arenales y gramillas.

Jugaba un aire enano en mi rodillas
cuando tu anunciación pasó mi puerta.
Liviano amanecer, mi frente abierta
sufrió la voluntad de las semillas.

Turbada transparencia me dejaste,
Porque tu blanca miel labró mis huesos
y en limo y hojarasca me encerraste,

Vuélveme por los cármenes ilesos
а la escasez de lengua en que me hallaste,
en un grano de azahar los labios presos,


Canto X

El verano se agota en el racimo,
Ni avena, ni cigarra, ni amapola.
Ni el alga haciendo venas en la ola, 
ni las tímidas ranas en el limo,

Ni la corteza que hasta el llanto oprimo
entre la tierna muchedumbre, sola,
hecha de sangre y labios la aureola
donde me corroboro y me lastimo.

SARA DE IBAÑEZ, 1943
Sara Iglesias Casadei (1909-1971)

* * *

BIOGRAFIA: Sara de Ibáñez

Sara de Ibáñez (Sara Iglesias Casadei ) nació el 10 de enero de 1909 en Chamberlain, Departamento de  Tacuarembó (Uruguay) y falleció el 3 de abril de 1972.

Prestigiosa autora de estas tierras, a quien autores como Octavio Paz la llamaron cariñosamente Gran Sara. Otros autores que valoraron mucho su obra fueron Pablo Neruda, quien la comparó con Sor Juana Inés de la Cruz, y Gabriela Mistral. Entre otros premios obtuvo el Premio de la Academia Nacional de Letras y el Premio Nacional de Literatura en 1972.

Vivió de niña en Chamberlain, departamento de Tacuarembó, hasta que su familia se mudó a Montevideo. Fue profesora de enseñanza secundaria desde 1945.

El también poeta Roberto Ibáñez, su esposo, fue de quien tomó su apellido como nombre artístico. La pareja tuvo tres hijas; Ulalume, Suleika y Solveig, que también se convirtieron en escritoras. Sara tenía por costumbre escribir dos libros a la vez al igual que hacía su marido; cada uno era diferente en tema y estructura.

Sara se caracterizó por llevar una vida privada muy recogida y, pese a haber comenzado su producción literaria siendo todavía niña, no publicó ningún libro hasta pasados los 30 años de edad.

Una de sus costumbres era escribir dos libros a la vez, de temáticas y estilos completamente diferentes.

En su obra encontramos mucho misterio y un gran hermetismo, lo que ubica su estilo muy cerca del de grandes poetas del simbolismo francés; algunos de los temas reincidentes en la misma es el suicidio y las batallas, donde también se percibe una inmensa angustia por la existencia, el abandono y la muerte.

Libros y Poemas publicados por Sara;

Canto (1940), Buenos Aires
Canto a Montevideo (1941), Montevideo
Hora ciega (1943), Buenos Aires
Pastoral (1948), México
Artigas (1952), Uruguay
Las estaciones y otros poemas (1957), México
La batalla (1967), Buenos Aires
Apocalipsis 20 (1970), Caracas
La Batalla (1967), Buenos Aires
Apocalipsis (1970), México
Canto póstumo (1972), Buenos Aires

FUENTE: http://www.autoresdeluruguay.uy/biblioteca/Sara_De_Ibanez/doku.php?id=bibliografia

Desde el inicio sus poemas obtuvieron una importante repercusión en el Río de la Plata, incluso la temprana ponderación de Pablo Neruda en un prólogo que la califica de “grande, excepcional y cruel poeta”. Gabriela Mistral, por su parte, expresó que “su poesía es cosa muy diversa de la que hemos hecho las demás mujeres criollas hasta hoy”.

Sus libros recibieron premios y críticas mayoritariamente elogiosas, a pesar del hermetismo y del muy refinado empleo de la lengua que Sara de Ibáñez cristaliza en su poesía. En 1967, Alejandro Paternain sostuvo que “su sabiduría idiomática” era “una forma incontrastable de sensibilidad; de compenetración absoluta entre la intuición lírica y los secretos del lenguaje”, pero que faltaba “entre nosotros, un análisis completo y una recta interpretación” de su obra, tarea inmensa que, en buena medida, sigue incompleta a nuestros días. Cabe destacar, no obstante, que en 2017 la Biblioteca Nacional concretó la publicación de su Poesía Completa con la edición del investigador italiano Luca Salvi.

FUENTE: http://www.autoresdeluruguay.uy/biblioteca/Sara_De_Ibanez/doku.php

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